domingo, 2 de diciembre de 2007

A MI OBISPO DE 9 DE JULIO


A mi Obispo en 9 de Julio, Buenos Aires y su prebisterio, Monseñor Martín de Elizalde OSB y en ellos a todos los Obispos y presbíteros de la Iglesia Católica Apostólica Romana en el mundo; a todos los que han confiado en mí y continúan acompañándome desde mi ordenación sacerdotal 33 años atrás; a las comunidades parroquiales que me tuvieron como ministro del Señor en 9 de Julio – Bragado - 25 de Mayo y Norberto de la Riestra de Argentina, Nuestra Sra de los Dolores - Madre de Dios y San Juan Evangelista de Chile, Our Lady of Fátima de Estados Unidos y Sta. Mary de Inglaterra; a los miembros de la Policía de la Provincia de Buenos Aires que me tuvieron como Capellán; a los alumnos que durante 10 años compartimos horas de clase y viajes de fin de curso; a los que no me conocen y se han enterado de mi existencia y han orado por mí; a todos: le reafirmo mi total inocencia a cada una de las aberrantes y aterradoras imputaciones que se han levantado en mi contra y en contra de mi actuación pastoral como sacerdote, capellán o profesor.
He sido fiel a las enseñanzas de la Iglesia y al Evangelio y pongo al Señor Jesucristo como testigo de ello. Quiero agradecerles esa oración que elevaron al Señor para que el Espíritu Santo me sostenga. Sus oraciones y la acción sanadora del Espíritu Santo mitigaron mi aflicción y dolor frente a tanta calumnia humillante. Estoy en paz no solo por ser inocente sino también porque sé que el Señor no me ha abandonado.

Cuenten con mis oraciones y que su fidelidad a la Iglesia siga firme, que Dios los bendiga y que María Santísima los acompañe en el diario caminar.

Gracias y continuaremos unidos desde la oración y en la Misa.

A los que se han sentido y se sienten defraudados, con el beneficio de la duda, y su corazón herido por el dolor aceptando como verídicas esas aberrantes acusaciones, también les digo que soy plenamente inocente de todo lo que han oído. Sé que no les es fácil aceptar mi inocencia y sanar esas heridas que la duda produjo, pero les formulo un pedido: no abandonen al Señor, confíen constantemente en Dios y desahoguen en Él su corazón herido por una supuesta culpa mía.

A los que me han acusado y sostenido como verdad una vivencia de 30 años atrás, les recuerdo que habrá un nuevo juicio y no con un tribunal humano sino con el Tribunal de Dios y que es el Juicio Final. En ese Juicio toda la Verdad será manifestada y también toda mentira y aún toda palabra vana que el hombre haya pronunciado. Así nos lo recuerda el Señor en el Evangelio según San Mateo 12,36: “Porque les aseguro que en el día del Juicio los hombres rendirán cuenta de toda palabra VANA que hayan pronunciado”.

Estoy orando por ustedes, le pido al Espíritu Santo que sane sus corazones heridos y que la VERDAD se haga luz en el perdón y la reconciliación. A ustedes también les recuerdo que soy inocente aunque hayan manifestado lo contrario. Y ustedes lo saben, lo sabe Dios que es mi testigo y a quien no podremos engañar en el Juicio Final.

Que todos podamos glorificar a Dios reconciliados y sanadas nuestras heridas con su misericordia y amor.

Que podamos vivir como hermanos bajo el manto maternal de María Santísima.



Me encomiendo a la oración de todos “para que seamos UNO” (Juan 17,21) y vivamos en paz sin odios o rencores formando un solo cuerpo en Cristo Jesús.

Los bendice,

Padre Christian von Wernich

Penal de Marcos Paz

Noviembre 2007

http://www.padrevonwernich.blogspot.com/






viernes, 30 de noviembre de 2007

REPARTIRAN PRESERVATIVOS EN LA PLAZA EN PUNTA ALTA


EN EL DIA INTERNECIONAL DEL SIDA, LA UNION VECINALISTA DE NUESTRA CIUDAD NO HA TENIDO MEJOR IDEA QUE REPARTIR PRESERVATIVOS EN LA PLAZA , COMO UNICA SOLUCION PARA EVITAR EL CONTAGIO....ES UN VERGUENZA
ESTE ES EL INTENDENTE QUE GANO NUESTRAS ELECCIONES Y QUE MUCHOS VOTARON...AHORA QUEREMOS HACER COSAS...CUANDO DEBIMOS PENSAR EN LAS URNAS...POR SUPUESTO QUE EL SR. STARC NO VA A DAR LA CARA ....ES MAS DICEN NO ESTA EN LA CIUDAD(PORQUE SERA ?)AH,
COMO MEDIO DE COMUNICACION ESTARA RADIO MEGA APOYANDO TODO ESTE EVENTO.
ME HAN LLAMADO POR TELEFONO PARA PEDIRME UN CONSEJO PARA VER QUE SE PODIA HACER.....Y CREO QUE ESTAMOS ATRASADOS,,,PERO LO IDEAL SERIA REDOBLAR NUESTRAS ORACIONES ...Y SI QUEREMOS HACE R UNA MANIFESTACION POSITIVA, DESDE LA IGLESIA Y COMO IGLESIA CREO, PREGUNTENLE AL PARROCO DE MARIA AUXILIADORA: SERIA SENTARSE EN LA EXPLANADA DE LA IGLESIA Y REZAR EL ROSARIO MIENTRAS DURE TODO ESTO Y QUE NUESTROS GRUPOS JUVENILES APOYEN NO SOLO REZANDO SINO CON PANCARTAS QUE TENGAN FRASES SOBRE LA CASTIDAD...ES TODO LO QUE SE ME OCURRE....PERO TODO CONSULTANDOLE AL PARROCO DEL LUGAR....
QUE NO HAY TIEMPO?...Y SI LO SABIAMOS DE ANTES ¿PORQUE RECIEN AHORA NOS AGARRA EL APURO?
OFREZCO REZAR EN EL SANTISIMO POR ESTO QUE TANTO NOS ASUSTA AHORA...Y NO NOS ASUSTA LA DROGA, LA PROSTITUCION JUVENIL....LA DELICUENCIA JUVENIL....LA VIOLENCIA,...Y COMO SI FUERA POCO SI QUEREMOS MAS, LAS NOTICIAS DE:QUE LA PAMPA LEGALIZÓ EL ABORTO Y RIO NEGRO LEGALIZÓ LA EUTANASIA...
Y LA LISTA PUEDE SER LARGUISIMA

RECIEN AHORA NOS RASGAMOS LAS VESTIDURAS?!!!!
SAN ANDRES RUEGA POR NOSOTROS
MADRE DE DIOS AMAPRANOS Y SALVANOS



sábado, 24 de noviembre de 2007


CONTINUANDO CON EL MES DE MARIA NUESTRA HAN PATRICIA GUERRERO NOS DEJE EL RESTO DEL PLAN DE VIDA PARA OFRECERLE A LA MADRE DE DIOS EN SU MES:
24/11 Rezar una Salve a la Reina de los apóstoles, pidiéndole sacerdotes santos.

25/11 Seleccionar ropa en buen estado y darla a Caritas

26/11 Prepararse para el Adviento rezando con devoción el Santo Rosario.

27/11 Rezar 5 Avemarías por nuestros parientes y amigos.

28/11 Rezar 5 Avemarías pidiendo la gracia de una buena muerte.

29/11 Aceptar con humildad toda reprensión, aún injusta, rezando el "Cordero de Dios" por los soberbios.

30/11 Rezar 3 Padrenuestros por los católicos ortodoxos

1/12 Practicar el silencio, evitando las palabras inútiles y rezar 5 minutos en silencio.

2/12 Hacer un acto de conciencia antes de ir a descansar y rezar un acto de contrición.

3/12 Hacer una buena confesión de los pecados y pedir al Espiritu Santo aumento de fe.

4/12 Comulgar y dar gracias a Dios por la Santísima Virgen, Madre nuestra y de la Iglesia.

5/12 Rezar 5 Avemarías por los enfermos graves para que reciban los Santos Sacramentos.

6/12 Rezar un rosario por la paz del mundo.

7/12 Rezar un rosario, en lo posible, en familia, preparándonos para celebrar mañana a la Inmaculada Concepción con la Santa Misa.

viernes, 9 de noviembre de 2007

MES DE MARIA-GRACIAS SRA. PATRICIA GUERRERO


Buen día !!!!!. Hoy empieza el mes de Maria. Tengo en mis manos una hojita del Obispado castrense con un programa muy fácil de cumplir para este mes.
Les mando los de los primeros 15 días. Si les interesa les mando el resto para distribuír en las parroquias. Las que siguen son más profundas pero igualmente simples.
8/11 Rezar 3 Avemarías por la conversión de los pecadores.
9/11 Hacer una mortificación y rezar un Credo por los que viven despreocupados de su salvación eterna.
10/11 Sufrir con paciencia las molestias e incomodidades de este día y rezar una Salve por los que sufren.
11/11 Llamar por teléfono amigoa/as o parientes y rezar por los niños.
12/11 Durante el día hacer jaculatorias en honor de la Virgen María.
13/11 Tratar con especial delicadeza a los de casa en este día. Rezar un Bendita sea tu pureza
14/11 Rezar 3 Credos por la conversión de los ateos.
15/11 Rezar 5 minutos en silencio por los agonizantes, pensando en los que en ese mismo instante mueren.
16/11 Rezar 10 Avemarías por los que se olvidan de sus difuntos.
17/11 Hacer una visita a la Santísima Eucaristía en cualquier Iglesia, pidiendo por la paz y la armonía en las familias.
18/11 Evitar toda crítica o murmuración, rezando "¡Oh Señora mía, Oh Madre mía..." por los que faltan al amor.
19/11 Rezar una decena del rosario, implorando la gracia del Espíritu Santo sobre la niñez.
20/11 Dar una limosna generosa para el culto de la Iglesia y encomendar a Jesús la evangelización del pueblo.
21/11 Invocar varias veces en este día, los santísimos nombres de Jesús, María y José.
22/11 Hacer una mortificación en la comida.

martes, 30 de octubre de 2007

GRACIAS MONSEÑOR CARMELO GIAQUINTA

COMPARTIR LOS BIENES QUE DIOS NOS DA (II)
Apuntes de + CJG para la homilía del Domingo 30 septiembre 2007 (Lc 16,19-31).

I. El rico comilón que no comparte
1. El pasaje de San Lucas (16,19-31), que acabamos de leer, continúa la enseñanza del domingo pasado. Una especie de catequesis a dos tiempos sobre la administración de los bienes materiales para ganarnos con ellos amigos en el cielo. Primero fue la parábola del administrador estafador que, con el dinero de su patrón, supo ganarse amigos que luego lo protegieran en su desgracia. Hoy es un hombre rico que banquetea espléndidamente, despreocupado del pobre Lázaro. Por ello al morir se va al infierno. Según dice San Lucas en una frase no leída, “los fariseos, que eran amigos del dinero, escuchaban todo esto y se burlaban de Jesús” (v. 14). Por eso tuvo que insistir con una nueva parábola.

2. Si nos fijamos bien, la parábola de hoy no dice que los bienes del rico fuesen una cosa mala, ni mal habidos. Sólo dice que, “a su puerta, cubierto de llagas, yacía un pobre llamado Lázaro, que ansiaba saciarse con lo que caía de la mesa del rico” (v.20). Es decir, éste no los compartía. Incluso, los derrochaba: “se vestía de púrpura y lino finísimo y cada día hacía espléndidos banquetes” (v. 19). Había olvidado la finalidad de sus bienes. Esta no es amontonarlos, ni derrocharlos, sino administrarlos bien, compartirlos, y con ellos ganarse amigos que un día lo recibiesen en la patria del cielo. Por ello, cuando murió, ya no fue posible que Lázaro mojase la punta de su dedo en el agua y refrescase su lengua, ni fuese a avisar a sus cinco hermanos de la triste suerte que les esperaba si no compartían (cf. vv. 24.27-28).

II. “Compartir”: una enseñanza cristiana fundamental
3. La enseñanza del Evangelio sobre “compartir” los bienes es esencial. Vale para todos los discípulos de Jesús. En cambio, el modo cómo se la practica es conforme a la vocación de cada uno y las circunstancias en que vive. Al hombre rico que le pregunta a Jesús “¿qué debo hacer para heredar la vida eterna?”, le responde que cumpla con los Diez Mandamientos, y, por tanto, que no ponga al dinero en lugar de Dios. Pero si quiere seguirlo para ser su apóstol, le pide que se desprenda de sus bienes (cf Lc 18,18-23).
A todos los cristianos la Iglesia nos enseña la obligación que tenemos “de ayudarla en sus necesidades, de modo que disponga de lo necesario para el culto divino, las obras apostólicas y de caridad y el conveniente sustento de los ministros” (C.I.C c. 222). Pero no impone a todos un mismo estilo de pobreza. Por ejemplo, a mi, que soy clérigo, me prohíbe ejercer el comercio (cf. C.I.C. c. 286). En cambio, a Ustedes laicos, no. Basta que lo ejerzan honestamente.
4. San Lucas muestra gran simpatía por el desprendimiento de los bienes. Y en el segundo tomo de su obra, que es el libro de los Hechos de los Apóstoles, pondera cómo en la primitiva Iglesia algunos “vendían sus propiedades y sus bienes, y distribuían el dinero entre ellos según las necesidades de cada uno” (Hch 2,45). Pero nos recuerda también que ello no era obligatorio. Así lo muestra el caso de Ananías. Cuando éste vende una propiedad y entrega su producto a los Apóstoles, Pedro lo reprende, pero no porque no entrega todo el producto de la venta, sino porque miente: “Ananías, ¿por qué dejaste que Satanás se apoderara de ti hasta el punto de engañar al Espíritu Santo, guardándote una parte del dinero del campo? ¿Acaso no eras dueño de quedarte con él? Y después de venderlo, ¿no podías guardarte el dinero? ¿Cómo se te ocurrió hacer esto? No mentiste a los hombres, sino a Dios” (Hch 5,3-4).

III. Plan Compartir para la reforma económica de la Iglesia
5. El domingo pasado les recordé que se cumplen diez años de la resolución del Episcopado de promover la reforma económica de la Iglesia y de la aprobación del Plan “Compartir” como instrumento para ello. Les dije también que la meta del Plan no consiste en acumular un gran capital monetario para que la Iglesia viva después de sus intereses, sino en amontonar un capital espiritual que no se devalúe nunca. ¿Qué se quiere decir con esto?

6. A pesar de los diez años transcurridos, el tema de la economía de la Iglesia es todavía un “tabú”. No se lo habla suficientemente ni entre los fieles ni entre lo clérigos. No se lo enfoca debidamente en los Seminarios. No siempre las diversas entidades eclesiásticas cuentan con el Consejo de Asuntos Económicos dispuesto por la Iglesia, ni siempre se conocen las demás normas establecidas por ella para la administración. No siempre las Curias, Parroquias, Colegios, Congregaciones religiosas cuentan con gente capaz para administrar los bienes, de acuerdo al espíritu del Evangelio y a una economía inteligente y honesta. Y, sobre todo, falta aún en el pueblo de Dios la conciencia de que le corresponde sostener con sus bienes la obra evangelizadora de la Iglesia, en forma integral y permanente. Todo ello supone un cambio de mentalidad. A esto se llama “acumular un capital espiritual”.

7. Para ello nada mejor que multiplicar en nuestras Parroquias gente con una nueva mentalidad. Mejor si son muchas las Parroquias de Buenos Aires que se suman al Plan. Porque si bien Buenos Aires vale tanto como cualquier otra Diócesis, dado el peso determinante que tiene la capital, importa que una decisión pastoral como la reforma económica sea asumida con entusiasmo por toda la feligresía porteña.

OTRA VEZ LA SRA. LASANTA

Nuevamente quiero denunciar a la Sra. Lasanta de RADIO MARIA, QUE EN SU PROGRAMA RADIAL DIARIO "ENTRE NOSOTROS" EN EL PROGRAMA DEL DIA DE LA FECHA(30/X/07) VUELVE A DECIR IMPRUDENCIA DENTRO DE UN MARCO CATOLICO, COMO HABLAR A FAVOR DEL YOGA,EL PENDULO Y NO CUANTAS COSAS MAS ...UN SINCRETISMO RELIGIOSO(NEW AGE) EN LA RADIO CATOLICA?
HE ENVIADOS MAILS AL DIRECTOR P. JAVIER SOTELAS, A LA SRA MISMA, SIN RESPUESTA ALGUNA....POR LO CUAL APELO A OTROS MEDIOS PARA QUE LA AUDIENCIA DE RADIO MARIA, ESPECIFICAMENTE , DEL PROGRAMA "ENTRE NOSOTROS", NO QUEDE CONFUNDIDO.LA SRA DEBERIA REVISAR SU DOCTRINA
ALICIA URSINO
PUNTA ALTA

jueves, 25 de octubre de 2007

El concepto de Persona humana y los Derechos humanos

El concepto de Persona humana y los Derechos humanos
en la Doctrina Social de la Iglesia

Apuntes de + Carmelo Juan Giaquinta, arzobispo emérito de Resistencia, para la Jornada del ciclo “Persona, cultura y sociedad. Cuestiones actuales de Moral”, organizado por el Centro de Estudios de Filosofía y Teología de la UNSTA, el 17 octubre 2007.

I. Persona: ¿fantasía o realidad concreta?

1. Al escuchar la palabra “persona”, lo primero que me viene a la mente es el asombro que me produjo cuando, cursando los primeros latines, escuché que a la careta del comediante se la llamaba “persona” . ¿Cómo? ¿Una persona no es lo que es? ¿Cómo se llama así a la careta que no es? Nadie piense que era tan filósofo. Pero mi asombro no era sin razón. Si hoy intentase estudiar esta palabra y la evolución de su sentido , sospecho que no entendería más que entonces.

2. La palabra “persona” me recuerda, también, una preocupación corriente en la catequesis, que habrá sido la de muchos de ustedes: ¿cómo en Dios son tres las Personas y una sola la esencia? Pero en mi caso, y ya como estudiante de Teología, mi preocupación fue siempre la misma que cuando adolescente, aunque con un ropaje más adulto: ¿cómo la palabra “persona” pasó a significar lo que en griego se dice “hipóstasis”, “lo que está debajo”, “lo que tiene consistencia”? De primera oída, un sentido totalmente contrario .

3. Pero, a decir verdad, ni una ni otra cuestión me tuvieron nunca a mal traer. La “persona” comenzó a interesarme de veras en unas vacaciones en Pampa de Achala, en enero de 1959, cuando devoré los más variados libros, entre ellos uno de Emmanuel Mounier, cuyo título no recuerdo. Posiblemente, el “Manifiesto al servicio del Personalismo” . Me sorprendió gratamente. Quizá porque el nombre del director de Esprit llegaba a la Argentina con el rebote de las discusiones en Francia sobre el progresismo católico , y, por tanto, recibido aquí con cierto prejuicio. Sin embargo, me abrió un panorama que hasta entonces no conocía. Estoy hablando de mi evolución personal. No digo que con Mounier los cristianos hayamos descubierto la persona humana. Pero yo, sí. Hasta entonces “persona humana” era como una piedra preciosa en manos de un niño que usa para jugar.

4. Lo mismo me sucedió con otras nociones. Por ejemplo, con la afirmación bíblica que el hombre está hecho por Dios a su imagen y semejanza (cf Gen 1,26-27). Esta y otras palabras, aunque repetidas miles de veces, de ordinario te significan poca cosa, hasta que un día se te enciende la lamparita y descubres en ellas un significado luminoso: “¡Ah, esto es lo que decimos cuando decimos ‘dignidad de la persona humana’!”. “¡Ahora caigo qué es eso de estar hecho a imagen y semejanza de Dios!”. Uno de los aspectos más maravillosos de la persona humana es precisamente éste: que puede descubrir siempre un claror nuevo de la verdad.

5. Entre todos los clarores de la verdad sobre la persona, el más deslumbrante fue uno de Perogrullo, mostrado no recuerdo por quién. A saber: “que no importa la humanidad como noción abstracta. Ésta interesa sólo en cuanto sirve para referirse al conjunto de hombres concretos. Que tampoco importan las grandes causas por las que lucha el hombre: el progreso, el desarrollo, la ciencia, etc. Importa el hombre concreto, singular y social a la vez, llamado a progresar, desarrollarse, conocer. Sólo en orden al hombre concreto tiene sentido enunciar grandes causas y luchar por ellas. Y no viceversa: enunciar grandes causas, y a ellas sacrificar a los hombres concretos, embretarlos en ellas”.
En la humanidad considerada como abstracción y en las grandes causas en favor de ella está el origen de todas las guerras, de todas las formas de dominación, explotación y esclavitud, de todos los atropellos y de todas las ideologías en las cuales se ha querido encorsetar al hombre y a los pueblos concretos: la raza aria, la clase obrera, el imperio, el estado, el progreso. También el origen de todos los fanatismos .

6. Cuando descubrí el valor del hombre concreto ya era todo un presbítero de la Iglesia, incluso profesor de la Facultad de Teología. Pero tal vez todavía demasiado inmaduro para descubrir el valor del hombre singular, concreto. Hasta entonces la palabra “concreto” me parecía vulgar. ¡Cuán maravilloso veo ahora al hombre concreto! Felipe el peluquero, las chicas de la cocina, Lita que lava mi ropa, Silvia que limpia mi habitación, Gerardo y Christian que me anotan las llamadas telefónicas, cada uno de los seminaristas y estudiantes de la Facultad de Teología con quienes me topo en los corredores, los chinos del mercado de la vuelta, los fieles de la Misa de 11 de los domingos, ustedes que me han invitado… El hombre concreto… Dios crea hombres concretos. Y Cristo se encarna, muere y resucita por hombres concretos.

7. Por lo que ustedes ven, no enfoco estas reflexiones sobre la Persona Humana y sus Derechos desde la definición metafísica de persona: “Naturae rationalis individua substantia”, de Boecio . Me manejo con la noción popular, la del sentido común. Cuando en casa se escucha: “¡Mamá, una persona al teléfono!”, sin mucha filosofía la mamá entiende lo que esa expresión significa. La buena metafísica, por otra parte, es el mismo sentido común reflexionado.


II. La dignidad de la persona humana y la fe cristiana

A. El hombre creado a imagen de Dios

8. Cuando los cristianos hablamos de la dignidad de la persona humana, pensamos casi espontáneamente en su origen: Dios creador. Y en la particular impronta que éste puso en el hombre: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza” (Gen 1,26). Es un punto de vista fundamental, rico de consecuencias.
El Catecismo de la Iglesia Católica, al considerar esta “imagen de Dios” en el hombre, deduce que por ello es “persona”. Y la parafrasea así :
a) “De todas las criaturas visibles sólo el hombre es "capaz de conocer y amar a su Creador" (GS 12,3);
b) “es la "única criatura en la tierra a la que Dios ha amado por sí misma" (GS 24,3);
c)) “sólo él está llamado a participar, por el conocimiento y el amor, en la vida de Dios. Para este fin ha sido creado y ésta es la razón fundamental de su dignidad”.
Y continúa :
d)“Por haber sido hecho a imagen de Dios, el ser humano tiene la dignidad de persona; no es solamente algo, sino alguien.
e) Es capaz de conocerse, de poseerse y de darse libremente y entrar en comunión con otras personas;
f) y es llamado, por la gracia, a una alianza con su Creador, a ofrecerle una respuesta de fe y de amor que ningún otro ser puede dar en su lugar”.
Y añade :
“Dios creó todo para el hombre (cf. Gs 12,1; 24,3; 39,1), pero el hombre fue creado para servir y amar a Dios y para ofrecerle toda la creación”.

¡Qué densidad tiene esta descripción catequística de la imagen de Dios en el hombre! El Salmo 8 queda chico para expresar nuestra admiración: “Al ver el cielo, obra de tus manos, la luna y las estrellas que has creado, ¿qué es el hombre para que pienses en él, el ser humano para que lo cuides? Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y de esplendor. Todo lo sometiste bajo sus pies” (Sal 8,4-6; cf Hb 1,6-8) .

El Hombre, síntesis armoniosa de toda la creación
9. Aun prescindiendo del dato bíblico, una serena contemplación del hombre nos dice que es un ser excepcional, una especie de síntesis armoniosa de todo lo creado, de lo material y de lo espiritual, del cuerpo y del alma, como lo reconocen prácticamente todas las culturas .

Varón y Mujer: igualdad, diferencia, comunión
10. El hombre es maravilloso no sólo en la unidad personal de cuerpo y alma, sino también en la distinción de varón y mujer, que les es dada por Dios en vista de la comunión, la convivencia social y el servicio a la vida .

Administradores del mundo
11. Lo mismo cabe decir de la relación que ambos tienen con el mundo: ser sus señores que lo cultivan y administran bien .

Una sola familia humana
12. El asombro que causa la contemplación del hombre se incrementa cuando se lo considera en su tarea de construir la convivencia humana, en razón de que todos los hombres, dado nuestro común origen, formamos una única familia .
Aportes del Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia
13. Al enfoque del Catecismo sobre la Persona Humana, podríamos agregar el del Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, en especial cuando habla de “la persona humana y sus múltiples dimensiones” :
a) la unidad de la persona humana (CDSI 127-129);
b) apertura a la trascendencia y unicidad de la persona (130-134);
c) la libertad de la persona (135-143);
d) la igual dignidad de todas las personas (144-148);
e) la sociabilidad humana (149-151).

B. El misterio del hombre revelado en Cristo

14. Si bien es mucho lo que podemos conocer del misterio del hombre por la experiencia y la razón, éste “tan sólo se aclara verdaderamente en el misterio del Verbo encarnado”. Recomiendo a todos leer completo el párrafo 22 de la constitución conciliar Gaudium et Spes. Les leo sólo unas líneas muy sugerentes: “Cristo, el nuevo Adán, en la revelación misma del misterio del Padre y de su amor, manifiesta plenamente el hombre al propio hombre y le descubre su altísima vocación. Nada extraño es, por consiguiente, que las verdades, antes expuestas, encuentren en Él su fuente y en Él alcancen su punto culminante. Él, que es Imagen de Dios invisible (Col 1,15), es también el hombre perfecto que ha restituido a los hijos de Adán la semejanza divina, deformada ya desde el primer pecado. Puesto que la naturaleza humana ha sido en Él asumida, no aniquilada, por ello mismo también en nosotros ha sido elevada a una sublime dignidad sin igual. Con su encarnación, Él mismo, el Hijo de Dios, en cierto modo se ha unido con cada hombre. Trabajó con manos de hombre, reflexionó con inteligencia de hombre, actuó con voluntad humana y amó con humano corazón. Nacido de María Virgen, se hizo verdaderamente uno de nosotros, semejante en todo a nosotros, excepto en el pecado".

La fe en la Encarnación del Verbo ilumina el misterio del hombre concreto
15. Cada domingo, al recitar el Credo, hacemos nuestra profesión de fe en la encarnación del Hijo de Dios y, a la vez, en el misterio del hombre concreto que Cristo vino a develar y restaurar: “… que por nosotros los hombres y por nuestra salvación, bajó del cielo, y se encarnó por obra del Espíritu Santo de María la Virgen, y se hizo hombre”.
Fíjense Ustedes que no profesamos la fe en ninguna causa santa genéricamente enunciada que Cristo habría venido a instaurar. Decimos: “por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó del cielo y se encarnó… y se hizo hombre”. No decimos que “se encarnó para instaurar en el mundo la santidad de Dios”, o “para implantar la justicia”. Con esto no quiero demonizar ese tipo de fórmulas. Y de hecho no sería difícil encontrarlas en la Escritura. Pero la clave de interpretación de las mismas es la contemplación del Verbo encarnado, hecho hombre concreto, por los hombres concretos: “por nosotros los hombres y por nuestra salvación” (“propter nos homines et propter nostram salutem”).
La fe proclamada por los Apóstoles es clarísima al respecto. Ellos siempre apuntaron a la salvación y conversión del hombre concreto. Basten algunos ejemplos:
a) Pedro: “Conviértanse y háganse bautizar en el nombre de Jesucristo para que les sean perdonados los pecados y así recibirán el don del Espíritu Santo” (Hch 2,38). “Así como aquel que los llamó es santo, también ustedes sean santos en toda su conducta” (1 Pe 1,15);
b) Pablo: “Ustedes deben saber que la remisión de los pecados les ha sido anunciada por él. Y la justificación que ustedes no podían alcanzar por la Ley de Moisés, gracias a él la alcanza todo el que cree” (Hch 13,38-39). “Les he trasmitido en primer lugar, lo que yo mismo recibí: Cristo murió por nuestros pecados…” (1 Co 15,3). “Es doctrina cierta y digna de de fe que Jesucristo vino al mundo para salvar a los pecadores, y yo soy el peor de ellos” (1 Tm 1,15).

Comportamiento de Cristo con el hombre concreto
16. Una manera muy fácil y catequística de comprender el valor que el hombre concreto tiene para la fe cristiana, es observar el comportamiento de Cristo con las personas singulares. Hagan un breve ejercicio con San Lucas, cuyo Evangelio leemos este año:
Lc 4,38-39: con la suegra de Pedro;
Lc 5,12-13: con el leproso;
Lc 5,18-25: con el parálítico;
Lc 5,27-28: con Mateo;
* Lc 6,6-11: con el hombre de la mano paralítica *
Lc 7,2-9: con el centurión;
Lc 7,11-15: con la madre cuyo hijo lleva a enterrar;
Lc 7,37-50: con la pecadora;
* Lc 8,43-48: con la mujer enferma de hemorragias;
Lc 8,49-56: con Jairo y su hijita; etc.
* Lc 10,30-37: la parábola del Buen samaritano;
Lc 10,38-42: con Marta y María;
Lc 12,42: la parábola del servidor fiel que cuida a los compañeros;
* Lc 13,11-15 con la mujer enferma; ver la antítesis en el jefe de la sinagoga: vv. 14;
Lc 14,1-5: con el hombre enfermo de hidropesía;
Lc 15: las tres parábolas con la actitud ante la oveja, la moneda y el hijo perdidos;
Lc 16,19-31: la parábola sobre el rico comilón indiferente con el pobre;
Lc 17,3-4: la enseñanza de la corrección fraterna;
Lc 17,11-19: con el leproso agradecido;
Lc 18,15-17: con los niños;
Lc 19,1-10: con Zaqueo;
Lc 22,31-34; 54-62: con Pedro;
Lc 23,27-31: con las mujeres, camino al Calvario;
Lc 23,39-43: con el Buen Ladrón;
Lc 24,13-35: con los discípulos de Emaús.

En relación con una de las escenas mencionadas (Lc 6,6-11), Marcos trae una frase de Jesús que es la mejor interpretación de su actitud ante el hombre concreto: “El sábado ha sido hecho para el hombre, y no el hombre para el sábado (Mc 2,27)”. Frase que podemos valorar en toda su portada sólo si tenemos presente lo que el sábado representa para el judío. Es el día de culto a Dios. Jesús nos hace entender el espíritu del sábado más allá de la letra del mandamiento que lo establece: “el culto a Dios comienza por darle descanso al hombre de sus fatigas de la semana”.


III. La conciencia eclesial sobre la Persona Humana,
fundamento de la Doctrina Social de la Iglesia

17. La contemplación de la persona humana - el hombre concreto - es la que da origen a toda la Doctrina Social de la Iglesia. Juan XXIII, en la encíclica Mater et Magistra, expresa y sintetiza con claridad la conciencia que la Iglesia tiene sobre ello: “El principio fundamental de esta concepción (de la convivencia humana) consiste en que cada uno de los seres humanos es y debe ser el fundamento, el fin y el sujeto de todas las instituciones en las que se expresa y se actúa la vida social: cada uno de los seres humanos visto en lo que es y en lo que debe ser según su naturaleza intrínsecamente social, y en el plan providencial de su elevación al orden sobrenatural. De este principio fundamental, que defiende la dignidad sagrada de la persona, el Magisterio de la Iglesia,… ha desarrollado, especialmente en este último siglo, una doctrina social, que indica con claridad el camino seguro para reconstruir las relaciones de convivencia según los criterios universales, que responden a la naturaleza, a las diversas esferas del orden temporal y al carácter de la sociedad contemporánea, y precisamente por esto pueden ser aceptados por todos” .

Cuestión a los estudiantes
18. Releyendo la encíclica Mater et Magistra (1961), y estando con estudiantes de un Centro de estudios como éste, no puedo evitar la siguiente pregunta: ¿quieren ustedes tomarse el pulso y saber cómo andan en el reconocimiento de la dignidad de la persona humana? ¿Y, por tanto, cómo andan en su preparación a la misión que desempeñarán mañana en la Iglesia y en el mundo? ¿Quieren saber desde ahora cómo tratarán mañana a la gente que Dios les encomendará? Les respondo: vean qué importancia le dan al estudio y a la puesta en práctica de la Doctrina Social de la Iglesia. Que no es otra cosa que el desarrollo del principio fundamental de la dignidad de la persona humana; es decir, de la dignidad de toda persona concreta.
En la mencionada encíclica, Juan XXIII exhorta con insistencia a estudiar la Doctrina Social y a aplicarla: “Hoy más que nunca es indispensable que esta doctrina sea conocida, asimilada, llevada a la realidad social en las formas y en la medida que las circunstancias permiten o reclaman: función ardua, pero nobilísima. Con ardiente llamamiento invitamos a cumplir esta función no solo a nuestros hermanos e hijos esparcidos por todo el mundo, sino también a todos los hombres de buena voluntad. Volvemos a afirmar ante todo que la doctrina social cristiana es una parte integrante de la concepción cristiana de la vida. Mientras advertimos con satisfacción que en varios institutos se enseña esta doctrina desde hace tiempo, nos apremia exhortar a que por medio de cursos ordinarios y en forma sistemática se extienda la enseñanza a todos los seminarios y a todos los colegios católicos de cualquier grado. Se introduzca además en los programas de instrucción religiosa de las parroquias y de las asociaciones de apostolado de los seglares; se difunda con medios modernos de expresión: periódicos, revistas, publicaciones de divulgación y científicas, radio y televisión” .

Valor del Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia
19. Han pasado 46 años de esta exhortación. ¿Cuánto hemos crecido los católicos, fieles y pastores, en el conocimiento y práctica de la Doctrina Social de la Iglesia? ¿Cuánto han crecido nuestros centros de formación en su enseñanza y estudio? Para ello hoy ustedes cuentan con un instrumento formidable: el Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, redactado y publicado recientemente por el Pontificio Consejo Justicia y Paz, por mandato de Juan Pablo II. Vale la pena recordar lo que dijimos de él los Obispos: “La riqueza intrínseca del Compendio y la autoridad que dispuso su composición, nos permiten considerarlo como un hecho eclesial y pastoral de magnitud. Y, aunque redactado primeramente para uso de los Pastores, recomendamos su estudio y aplicación a todos los miembros del Pueblo de Dios, en particular a los miembros del clero encargados de exponer la doctrina cristiana, a los catequistas, a los docentes católicos y a los fieles laicos que tienen especiales responsabilidades en la construcción de la sociedad” .


IV. Atropellos a los Derechos Humanos

La Dignidad de la Persona fuente de los Derechos Humanos
20. En vísperas del Adviento de 2005, en la carta pastoral sobre la Doctrina Social de la Iglesia, “Una luz para reconstruir la Nación” (11.11.05), los Obispos argentinos relacionamos la dignidad humana con el misterio de la Encarnación, y desde ella damos el paso a los derechos humanos: “De esta dignidad brotan los derechos fundamentales e inalienables de todo ser humano, que no lo abandonan nunca, desde su concepción hasta su muerte natural. Y esto, no importa su condición: varón o mujer, rico o pobre, sabio o ignorante, inocente o reo, y cualquiera sea su color. Esta dignidad es la clave y el centro del misterio del hombre y de todo lo que lo atañe. Desde ella todo problema humano puede ser iluminado y hallar solución. Esta dignidad nos ilumina también para apreciar la grandeza sublime de la vida terrena y de los esfuerzos con que el hombre procura hacerla más plenamente humana. No por ser peregrino del cielo, el cristiano descuida la construcción de la patria terrena” (2).
Es un paso natural. Si tanta es la dignidad de la persona humana, le corresponden por su misma naturaleza todos los derechos que faciliten su desarrollo. De lo contrario hablar de su dignidad sería una declamación puramente retórica.

El atropello a las personas y la conciencia de los Derechos humanos
21. Juan Pablo II, en vísperas del Gran Jubileo de los dos mil años del Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, hizo un camino en cierto modo al revés del que hicimos los Obispos: desde esa inminente celebración miró hacia atrás y, contemplando la historia vivida, en especial durante el segundo milenio, y constatando los atropellos cometidos contra la dignidad del hombre y sus derechos inalienables, dedujo cuánto los cristianos hemos olvidado el sentido del misterio de Navidad. Permanecerá para siempre memorable su carta apostólica Tertio Millenio Adveniente (10-11-1994), y la exhortación que en ella hace a que “la Iglesia asuma con una conciencia más viva el pecado de sus hijos recordando todas las circunstancias en las que, a lo largo de la historia, se han alejado del espíritu de Cristo y de su Evangelio, ofreciendo al mundo, en vez del testimonio de una vida inspirada en los valores de la fe, el espectáculo de modos de pensar y actuar que eran verdaderas formas de antitestimonio y escándalo” (n. 33) .
Un renglón que el Papa señala especialmente es el atropello a los derechos humanos: “Y sobre el testimonio de la Iglesia en nuestro tiempo, ¿cómo no sentir dolor por la falta de discernimiento, que a veces llega a ser aprobación, de no pocos cristianos, frente a la violación de fundamentales derechos humanos por parte de regímenes totalitarios?”
Y con ésta asocia dos claudicaciones más: la injusticia social y el desconocimiento de la DSI: “¿Y no es acaso de lamentar, entre las sombras del presente, la corresponsabilidad de tantos cristianos en graves formas de injusticia y de marginación social? Hay que preguntarse cuántos, entre ellos, conocen a fondo y practican coherentemente las directrices de la doctrina social de la Iglesia” (n.36) .

Auschwitz: monumento a las consecuencias del totalitarismo
22. Los dos caminos mencionados no son contrarios, sino complementarios. El primero, el de los Obispos argentinos, es lógico, pues apunta a presentar a los fieles la Doctrina Social de la Iglesia y el Compendio de la misma. El otro, el del Papa, es directamente pastoral, pues quería ayudar a los fieles cristianos a preparar el corazón para la celebración del Gran Jubileo.
Conviene, sin embargo, que, por un instante, rehagamos el camino del Papa. Porque ha sido el atropello ejercido contra el hombre en una medida nunca antes imaginada lo que ha llevado modernamente a poner de relieve el valor de su Dignidad y de sus Derechos.
Sin negar la maldad del colonialismo británico, que se impuso al mundo durante dos siglos, y duró hasta la Segunda Guerra Mundial, y sin negar tampoco la demencia de la guerra nueva inventada por Busch contra el terrorismo, que desde hace cuatro años desangra a Irak, no cabe duda que los regímenes totalitarios surgidos después de la Primera Guerra Mundial, en especial el comunismo soviético y el nazismo, son las expresiones máximas del desprecio al hombre que jamás hayan surgido.
A falta de un breve estudio sobre la Segunda Guerra Mundial, les recomiendo a ustedes los jóvenes que lean el Mensaje de Juan Pablo II “Cinquanta anni fa” , en ocasión del 50° aniversario del final de la segunda guerra mundial en Europa (8-5-1995). Y que se formulen algunas preguntas: ¿Cómo fueron posibles tales regímenes totalitarios en Alemania y la URSS, países de cultura muy avanzada y con un cristianismo enraizado desde siglos? ¿Cómo se perpetraron en ellos masacres tan horribles contra los propios conciudadanos? ¿Cómo el antisemitismo alcanzó un grado inimaginable de paranoia que apenas se puede adivinar visitando los lager? Como dice Juan Pablo II, “Auschwitz, junto a otros lager, permanece como el símbolo dramáticamente elocuente de las consecuencias del totalitarismo” (ib.5).

La crueldad contra el hombre: en el mundo y en la Argentina
23. Ya van sesenta y dos años desde la terminación de la Segunda Guerra. Es muchísimo tiempo. La mayoría de ustedes podría pensar que el nazismo y comunismo son realidades muy antiguas cuyas atrocidades ya no pueden volver a suceder. Por ello conviene que recuerden otros hechos terribles, muy dolorosos y más cercanos a ustedes: la llamada “guerra de limpieza étnica” de los Balcanes en la década del 90, y el genocidio de Ruanda en 1994.
Y para no patear la pelota al corner, como si la Argentina fuese un país beatífico, conviene que recuerden “el terror de Estado” instaurado en la Argentina en la década del 70, desde los tiempos de la presidencia de Isabel Perón, proseguido y perfeccionado con crueldad inimaginada por el gobierno de la Junta militar. Y con esto no niego “el estado de terror” instaurado por la guerrilla, ni adhiero a la tesis de que las atrocidades cometidas por ella no configuren también crímenes de lesa humanidad. No creo en absoluto en la llamada teoría de los “Dos demonios”, pero tampoco en la teoría de “Ángeles y demonios” .
24. A pesar del “¡Nunca Más!”, que decimos con tanto ardor, y aunque a ustedes los jóvenes pueda resultarles angustiante lo que les voy a decir: lo que sucedió en la Argentina puede volver a suceder, y peor aún, si como ciudadanos no nos educamos en el respeto absoluto de la dignidad del hombre y de los derechos humanos. Y esto de manera concreta y cotidiana. Las catástrofes estallan de golpe, pero tienen una larga preparación a través de pequeños pasos que, sumados, se tornan irresistibles.
Y por si esto les pareciere exceso de pesimismo: ¿recuerdan los sucesos de hace un año, un día como hoy, 17 de octubre, cuando el traslado a San Vicente de los restos del general Perón? ¿Son sólo ramalazos de viejos rencores? ¿O preludios de nuevas discordias?
Jesús nos enseña a mirar los sucesos como signos de los tiempos (cf. LC 12,54-56), no como anécdotas para llenar los noticieros. Algo nos dicen. Hemos de saberlos ver e interpretar.

La crueldad de la guerra contra Irak
25. Y hablando de atropellos de los que ustedes son testigos contemporáneos, pregunto: ¿sesionará alguna vez un tribunal internacional donde George W. Busch, presidente de los EE.UU., rinda cuenta de la guerra contra Irak? ¿Ésta, iniciada con una mentira solemne a los oídos de todo el mundo, no es acaso un crimen de lesa humanidad? Por mucho menos el Presidente Nixon tuvo que renunciar. En cambio, la ciudadanía norteamericana lo confirmó a Busch por un segundo mandato. ¿No conocía ésta su mentira sobre las armas de destrucción masiva? ¿Se ha vuelto cómplice de esa mentira y de las atrocidades del ejército norteamericano? Ya no se podrá decir que éste combate los totalitarismos para sembrar la democracia.
Corre por cuenta de quien lo diga que, con esta apreciación, yo avalaría la tiranía de Sadan Husein y los crímenes de lesa humanidad cometidos por él. Pero es preciso afirmar con claridad que un mal no se combate con otro.

La Declaración Universal de los Derechos del Hombre
26. Volvamos a las crueldades de la Segunda Guerra Mundial. Concluida ésta, y mejor conocido el horror de los campos nazis de exterminio, y luego descubiertas las masacres cometidas por el régimen soviético, la humanidad despertó por un momento. Fue así que las Naciones Unidas, el 10 de diciembre de 1948, votaron la Declaración Universal de los Derechos Humanos, “uno de los documentos más preciosos y más significativos de la historia del derecho”, como lo calificó Juan Pablo II en el 50ª aniversario de su publicación.
Sin embargo, el Papa lamenta que “estos derechos fundamentales, proclamados, codificados y celebrados, son todavía objeto de graves y continuas violaciones”. Que “con mucha frecuencia, se afirma la tendencia de algunos a elegir a gusto de sus conveniencias tal o cual derecho dejando de lado aquellos que contradicen sus intereses del momento. Otros no dudan en aislar de su contexto los derechos particulares para mejor obrar a su gusto, confundiendo libertad con licencia, o para asegurarse ventajas que poco tienen que ver con la solidaridad humana… Evitemos que con los años que pasan este texto fundador no sea más que un monumento que se admira, o, peor, un documento de archivos” .


V. Necesidad de una Pastoral de los Derechos Humanos

27. Juan Pablo II resaltó el cincuentenario de la Declaración Universal de los Derechos de Hombre celebrando en Roma, en julio de 1998, un congreso mundial sobre la Pastoral de los Derechos Humanos. En el discurso de apertura señaló que “el primer objetivo de la pastoral de los derechos humanos es hacer de suerte que la aceptación de los derechos universales en la “letra” implique la puesta en obra de su “espíritu” en todas partes y de la manera más eficaz a partir de la verdad sobre el hombre, de la igual dignidad de toda persona, hombre o mujer, creado a imagen de Dios y hecho hijo de Dios en Cristo” .
Esto de “Pastoral de los Derechos Humanos” es un término a registrar, que a los cristianos nos debe merecer una amplia reflexión. Es, sin duda, un aspecto capital de la “Pastoral Social”, que debe ser asumido más explícitamente, con una mejor reflexión y acción pastoral.

“Ve, y procede tú de la misma manera”
28. La principal razón de ello es que la Iglesia no enseña nada, tampoco la dignidad de la persona humana, sólo para que lo conozcamos. Todo el anuncio del Evangelio es para que lo conozcamos con la mente, lo aceptemos en el corazón, lo pongamos por obra, y así vivamos como hombres nuevos. Cuando el doctor de la Ley le pregunta a Jesús “¿quién es mi prójimo?” (Lc 10,30), no le responde con una definición filosófica, sino haciéndole notar quién se comporta como prójimo. Y no sólo eso, sino que lo exhorta a obrar de la misma manera: “¿Cuál de los tres te parece que se portó como prójimo?... ‘El que tuvo compasión de él’, le respondió el doctor. Y Jesús le dijo: ‘Ve, y procede tú de la misma manera’” (Lc 10,36-37).
Esto que es válido para cada cristiano, vale también para la Iglesia como cuerpo. Y sobre todo con respecto a la defensa de los derechos humanos. Pues estos son atropellados muchas veces por la autoridad pública, ante la cual la persona individual se encuentra inerme y fácilmente sucumbe. Muy distinto sería que el autoritarismo tuviese que enfrentarse a la opinión y resistencia de una comunidad cuyos miembros, a la vez que respetan a la autoridad, saben resistir sus abusos con fortaleza espiritual y acción política.

Quejas de dolor por una herida que no cierra
29. En estos días tuvo lugar la condena a prisión perpetua del Capellán de la Policía Bonaerense, el P. Christian Von Wernich. He ofrecido mi oración por él y la seguiré ofreciendo. No pocos, que me encuentran al paso o me envían mails, me manifiestan sus sentimientos, sea frente a la declaración de la Comisión Ejecutiva del Episcopado, sea ante los hechos del 70, incluida la conducta del capellán mencionado. Los siento muy contrapuestos. Pero en todos percibo algo común: perplejidad, disgusto, bronca. En lo jóvenes, perplejidad y disgusto, porque no saben bien de qué se trata y no entienden por qué los vienen a fastidiar con algo que les es ajeno. En los adultos, perplejidad y bronca, porque todavía no han terminado de elaborar su luto por el hijo desparecido o por el marido militar asesinado.
A las expresiones de dolor no hay que exigirles lógica, ni responderles en ese plano. Cada dolor es único, no se lo puede comparar con ningún otro y merece ser respetado. Sin embargo, tanto dolor me duele. Y me obliga a preguntarme: ¿qué es lo que en el fondo unos y otros le siguen cuestionando a la Iglesia jerárquica, a pesar de tantos perdones pedidos por escrito, e incluso de uno dramatizado en el 2000 en el Encuentro Eucarístico Nacional en Córdoba, sobre un escenario enorme en el Chateau Carreras, presidido por la cúpula episcopal revestida de morado?

Hablar no basta
30. La gente no niega las diligencias que hizo cada obispo particular por los encarcelados o desaparecidos de su Diócesis, aunque muchas veces no las conoce. Tampoco se queja porque haya faltado doctrina por par parte del Episcopado. Dejando de lado a los que hoy hablan de mala fe, y excepto los periodistas jóvenes, o los adultos que vivían en su burbuja, todo el mundo sabe que la jerarquía habló cuando en la Argentina, salvo honrosas excepciones personales, no se movía ni una mosca.
Me parece que la objeción de fondo es otra: que la jerarquía como cuerpo, además de hablar con documentos públicos y con diálogos reservados, no obró en su momento en forma más práctica. Por ejemplo, organizando alguna iniciativa concreta conocida de todos, que sirviese tanto para canalizar y publicitar las denuncias de desaparecidos, buscarles el rastro, exigir su reaparición, cuanto para difundir mejor la enseñanza impartida sobre el respeto a la dignidad de la persona humana que nunca puede ser atropellada. Lo mismo vale de no haber hecho una más amplia difusión de la enseñanza sobre no resistir la violencia de un régimen militar con la violencia de la guerrilla revolucionaria, y no haber tomado medidas más eficaces con algunos clérigos que flirteaban con la guerrilla. Hoy se vuelve a escuchar: “A mi hijo el cura tal lo embarcó en la guerrilla. Él está hoy vivito y coleando. Pero ¿dónde está mi hijo? ¿Qué medida tomó el Obispo con ese cura? A mí él todavía no me pidió perdón”.
Dolor del pasado para reflexionar la acción pastoral en el futuro
31. A treinta años de los hechos acaecidos hay gente que sigue llorando. Son situaciones dramáticas que tienen que hacernos reflexionar. Todo lo que se diga, aunque suene disparatado y por momentos ofensivo, es secundario. Sacando bien de mal, hemos de recordar la misión que nos dio Jesús: “Ustedes son la sal de la tierra… Ustedes son la luz del mundo…No se puede ocultar una ciudad situada sobre la montaña” Mt 5,11-14). Ante las reacciones recibidas, intentaré una reflexión. Vale lo que vale. La ofrezco con humildad y libertad.

La amnesia argentina: una septicemia peligrosa
32. Me resulta significativo que todo el mundo mire lo que hizo o no hizo la jerarquía eclesiástica. Y que, en cambio, nadie objete el desastre del breve gobierno del presidente Héctor Cámpora, que comenzó abriendo la cárcel y terminó prácticamente con la masacre de Ezeiza. Que casi nadie recuerde la debacle del gobierno de Isabel Perón y su incapacidad para reprimir la guerrilla conforme a ley y la justicia. Que menos cuestione el disparate histórico del general Perón de haberla llevado a la fórmula presidencial. “¡Con Perón no se jode!”, es lo que hoy se escucha. Que nadie se acuerde que el Partido Justicialista, con Italo Luder a la cabeza, por la simple idolatría a un apellido, se negó a promover la remoción de Isabel Perón por la vía legal del juicio político. Que nadie se acuerde cómo ante la inminencia del golpe desertaron los máximos dirigentes sindicales. Que nadie se acuerde que el Partido Comunista aplaudió el golpe del 24 de marzo del 76. Que nadie recuerde que, excepto el diario La Prensa, ningún medio publicó la lista documentada de los desaparecidos. Que nadie recuerde que muchos medios (diarios, revistas, radios, TV), que hoy continúan existiendo con el mismo nombre, no sólo aplaudieron el golpe, sino que sostuvieron activamente al régimen militar. Que nadie recuerde que muchos acusadores actuales eran en esos años jóvenes exitosos ocupados sólo en labrar su fortuna.
En la Argentina nadie se acuerda de nada. Sólo se recuerda lo que no hizo la Iglesia jerárquica en cuanto cuerpo episcopal: un ente compuesto por pocas personas que, humanamente hablando, era débil, - y lo sigue siendo -, pues no disponía de ninguno de los enormes recursos que, para oponerse a la locura de la dictadura militar, tenían los demás grupos sociales: partidos políticos, sindicatos, empresas, universidades, medios de comunicación.
Esta amnesia y el falso diagnóstico de lo que sucedió en la Argentina es como una septicemia muy peligrosa, que sigue poniendo en peligro la salud de la República.

A la búsqueda de una medicina eficaz
33. Sin embargo, ante esta amnesia, me surge una pregunta: ¿esta actitud de negar las propias responsabilidades en la hecatombe sufrida, y acusar por ella a la jerarquía eclesiástica, es sólo expresión de la hipocresía tan difundida en el mundo de la política, de la cultura y de los medios de comunicación? ¿O, a pesar de todo, esconde algo válido, que los cristianos, y especialmente los pastores, deberíamos saber rescatar para el futuro? Aunque muchos de los acusadores no crean en el Evangelio, ¿no habría en su acusación un secreto reconocimiento que esperaban encontrar en la Iglesia algo que falta en la Argentina, muy necesario para ser Nación, y que es muy difícil hallar? Esto es lo que pienso.
Y esto tan difícil de hallar es la virtud de la “parresía”, la total confianza en Dios, la fortaleza y libertad de espíritu, tan apreciada en la predicación y accionar de los Apóstoles y en el testimonio de los mártires cristianos. Estos sabían respetar a la autoridad, de corazón, así fuese Nerón. Pero, con la fuerza del Espíritu Santo, sabían resistir pacífica y firmemente sus abusos, aunque les costase la cárcel y la muerte. De este modo, aunque no sabían decir la palabra “democracia”, plantaron sus mejores semillas.
Tendremos que revisar si este doble enunciado – respeto sincero a la autoridad y resistencia firme a sus abusos - está bien formulado en nuestros Catecismos y tratados de Teología Moral. Y en qué medida inspira nuestro accionar cristiano.

Una misión para el futuro
34. ¡Muchachos! Mucha gente no cree en Dios. Es probable que haya cada vez más ateos confesos. Pero sin duda los ateos siempre querrán que los cristianos les mostremos por nuestro testimonio de vida que creemos de veras que Dios existe, que para nosotros es el único, a quien amamos por sobre todas las cosas, y que por amor a él amamos a todos los hombres que él creó, y que, por defender su dignidad y sus derechos fundamentales, somos capaces, con la fuerza divina, de soportar la cárcel y la muerte.

Tarea a diseñar
35. Una Pastoral de los Derechos Humanos, por la que abogó Juan Pablo II, supone algunos supuestos teóricos y líneas prácticas de acción. Pero bosquejar esto lo dejo para mejor ocasión.

+ Carmelo Juan Giaquinta
17 octubre 1007, memoria de San Ignacio de Antioquia, Obispo y Mártir

Seminario Metropolitano Inmaculada Concepción
José Cubas 3543 – 1419 Buenos Aires
Mail: carmelojuangiaquinta@gmail.com

lunes, 15 de octubre de 2007

SRA LASANTA....CREO QUE SE EQUIVOCO


Nuestros obispos en Aparecida, analizaron cómo hacer para que Jesucristo vuelva a estar presente en la vida de nuestros pueblos, viendo la manera de que cada discípulo (todo aquél que se dice cristiano) se convierta en un misionero, en un transmisor de la Buena Nueva del Evangelio para todas las criaturas. Descubrieron que la Iglesia debe trabajar primordialmente en insertar a cada cristiano (sin excepción alguna) en un proceso que consta de cinco etapas y que es el que mostramos en el esquema de abajo: Encuentro con Cristo, Conversión, Discipulado, Comunidad y Misión.Hay muchos cristianos “incompletos” que no han recorrido este proceso en su totalidad y se encuentran estancados y anquilosados en una de las etapas. Por esa razón, nuestros obispos nos están convocando a todos: sacerdotes, religiosos, consagrados y laicos, hombres y mujeres, niños, jóvenes y ancianos, a que entremos en el proceso de la Gran Misión continental.
HOY DEBIDO AL FERIADO PUDE ESCUCHAR EL PROGRAMA "ENTRE NOSOTROS" CONDUCIDO POR LA SRA. GABRIELA LASANTA, Y ADHIERO PLENAMENTE CON LOS OYENTES QUE LLAMARON, NO FUI A LA MANIFESTACION PUES SOY DE LA PROVINCIA DE BS.AS. PERO DE HABER VIVIDO O ESTADO ALLI ME HUBIESE SUMADO A LA CONVOCATORIA DE LOS CATOLICOS A REZAR PACIFICAMENTE(Y FUE PACIFICO EL LADO CATOLICO PORQUE LO VI POR TELEVISION MAS TARDE...Y AHORA SI ME DECIDO A ENVIAR ESTE MAIL...

COMO VERAN HE PUESTO ALGO DE EL ENCUENTRO DE LA APARECIDA....YO, AL IGUAL QUE EL DOCTOR QUE LLAMO Y SU FAMILIA Y TODOS LOS QUE VI POR TV. NO QUIERO SER UNA CRISTIANA INCOMPLETA....QUIERO JUGARME CON CRISTO...POR EL MISMO CRISTO SACO A LATIGAZOS A LOS CAMBISTAS DEL TEMPLO....
LA SRA. LASANTA NO TIENE DERECHO A OPINAR TAN DURAMENTE SIENDO QUE ELLA NO PARTICIPO POR ESTAR EN UN RETIRO, QUE NO ESTA MAL; PERO CUANTOS CRISTIANOS NO SE JUEGAN POR ESTAR CALENTITOS Y PROTEGIDOS DENTRO DE SUS PARROQUIAS.....JUNTO CON SUS PARROCOS (ALGUNOS)QUE FOMENTAN TODO ESTO....CLARO, AFUERA ESTAN LOS LEONES PERO ES ALLI DONDE DIOS NOS PUSO....Y POR LO QUE NOS VA A PEDIR CUENTAS....
COMO RADIO MARIA, PERO EN ESTE PROGRAMA CREO QUE LA SRA LASANTA SE CONFUNDIO UN POQUITO.....
ES TAN FACIL JUZGAR Y USAR UN MICROFONO SIN VIVIR A PLENO LO QUE PASARON LOS CATOLICOS EN ESOS MOMENTOS(Y HABLO DESDE MIS 13 AÑOS DE EXPERIENCIA DE RADIO CATOLICA)
ESPERO QUE LA SRA REPIENSE LO QUE DIJO Y PIDA PERDON...PORQUE AL FIN QUEDO COMO QUE ESTABA A FAVOR DE LAS MUJERES AUTOCONVOCADAS... QUE PENA...Y PAR REMATAR LE PUSO UNOS TEMAS REZURDAZOS.....
TODO ESTO CON AMOR Y CARIDAD, PERO TAMBIEN CON JUSTICIA

ALI DE CRISTO