jueves, 15 de mayo de 2008

"LAICOS: SAL DE LA TIERRA Y LUZ DEL MUNDO"


Comprométete

A lo largo de nuestra vida, seguramente nos vamos a encontrar,
o ya lo hemos hecho, con diferentes tipos de católicos,
que se diferencian por los distintos grados de compromiso
o de respuesta que le dan a Dios.

Nos encontramos primero con un tipo de católico que abunda
como el pasto; a estos los vamos a llamar: católicos de agua,
son aquellos que lo único que tienen de católicos es el nombre,
pues en algún tiempo muy lejano sus padres los bautizaron,
pero, aunque son Hijos de Dios, nunca lo han reconocido como
Padre, son aquellas personas que se dicen católicos ante la sociedad,
pero que no van a misa, no comulgan y ni le hablemos de que
se confiesen ni de que hagan caridad con algún hermano;
ellos simplemente viven su vida al margen de todo Dios
que pueda existir. ¿conocemos alguno?... creo que si.

Luego nos encontramos con los católicos de aire, o llamados
comúnmente golondrinas, pues van, vienen, vuelven...
son aquellos que luego de hacer un retiro, un campamento,
quedan con todas las fuerzas y son los supercatólicos, pero
cuando pasa un poco el tiempo se van porque se aburren.
No le encontraron el verdadero sentido a las cosas, entonces,
cuando no pasa nada extraordinario, se cansan; pero luego
cuando se sienten mal, necesitan o los llaman vuelven,
pero tarde o temprano vuelan hacia lugares más cálidos.
¿Conocemos alguno?... creo que si.

Tenemos otro tipo de católicos a los que vamos a llamar
católicos de plomo, son los famosos fanáticos, ratones de sacristía,
santulones y que cuando los vemos venir, generalmente decimos:
“¡uh, que plomo!”... ¿alguno quiere ser así? Son aquellos que andan
con la Biblia bajo el brazo para decir a todos que son católicos,
será por eso que cuando abren la Biblia todos salen corriendo.
Este tipo de católicos quiere resolver todo con Padrenuestros
pero sin comprometerse. ¿conocemos alguno?... creo que si.

Finalmente tenemos al católico al que debemos apuntar, es el que
aguanta todo por todos, y que por eso le decimos católico de fierro.
Este tiene de todo un poco, pues distribuye su tiempo entre
el compromiso con Cristo, con su familia (que es también su compromiso)
y su trabajo o su estudio. Es aquella persona que no sólo nos va a decir
que le pidamos a Dios que solucione nuestro problema, sino que también
él nos ayudará, es el católico al cual muchos acuden porque ven en él
a un Hombre de Dios, alguien que nunca los va a dejar en banda.

Y vos.... ¿de que lado estas?