sábado, 20 de diciembre de 2008

"Viva preocupación" del Papa ante la eutanasia en Luxemburgo

Ha sido aprobado este jueves en el Parlamento
CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 18 diciembre 2008 (ZENIT.org).- Benedicto XVI manifestó este jueves su viva preocupación por el proyecto de ley que busca introducir la eutanasia en Luxemburgo.
En ese día los diputados del Gran Ducado se pronunciaron a favor de la introducción de esta práctica, a la que se opone el soberano, el gran duque Enrique I, por 31 votos a favor, 26 en contra y 3 abstenciones.
Al recibir al nuevo embajador de Luxemburgo ante la Santa Sede, Paul Dühr, secretario general del Ministerio de Asuntos Exteriores, el Papa aprovechó la oportunidad "para expresar su más viva preocupación sobre el texto de ley sobre la eutanasia y suicidio asistido" que en esos momentos se estaba debatiendo en el Parlamento.
"Este texto --constató el Santo Padre--, acompañado de manera contradictoria por un proyecto que contiene felices disposiciones legislativas para desarrollar los cuidados paliativos para hacer el sufrimiento más soportable en la fase final de la enfermedad y favorecer un acompañamiento humano apropiado del paciente, legitima concretamente la posibilidad de acabar con la vida".
"Los responsables políticos, cuyo deber es el de servir al bien del hombre, así como los médicos y las familias, tienen que recordar que la decisión deliberada de privar a un ser humano inocente de su vida es siempre mala desde el punto de vista moral y nunca puede ser lícita".
En realidad, aseguró, "el amor y la verdadera compasión emprenden otro camino. La petición que surge del corazón del hombre en su suprema confrontación con el sufrimiento y la muerte, especialmente cuando siente la tentación de dejarse llevar por la desesperación, y que se siente perdido hasta el punto de desear desaparecer, es sobre todo una petición de acompañamiento y un llamamiento a una mayor solidaridad y apoyo en la prueba".
"Este llamamiento puede parecer exigente, pero es el único digno del ser humano y abre a solidaridades nuevas y más profundas, que enriquecen y fortifican los lazos familiares y sociales".
En este camino de humanización, dijo el obispo de Roma, "todos los hombres de buena voluntad están invitados a cooperar y la Iglesia, por su parte, quiere decididamente dedicar todos sus recursos de atención y servicio".
Dirigiéndose al pueblo de Luxemburgo, y a "sus raíces cristianas y humanistas", el Papa le pidió que refirme "la grandeza y el carácter inviolable de la vida humana".
Tras el voto de este jueves, el Consejo de Estado de Luxemburgo deberá decidir si es necesaria una segunda lectura. Según observadores, esto es posible porque primero debe ser modificada la Constitución.
Este cambio se debe, en parte, al hecho de que el gran duque de Luxemburgo, Enrique, ha anunciado que por motivos de conciencia no puede aprobar esta ley.
Por este motivo, se ha propuesto que el papel del Jefe de Estado se limite en el futuro al simple "anuncio" de leyes y no a su aprobación.
Si la ley votada este jueves entrara en vigor, Luxemburgo se convertiría en el tercer país de la Unión Europea en legalizar la eutanasia, junto a Holanda y Bélgica.

MuerteDigna.org


Sobre la Marcha
de Luis de Moya
Al mundo, desde una silla de ruedas
Recomendación

Luis de Moya, sacerdote, despertó hace algo más de quince años en la habitación de un hospital. Durante el viaje de regreso a Pamplona, tras visitar a sus padres en Ciudad Real, se quedó dormido al volante de su automóvil, que acabó por atravesar la valla de la autopista y arrollar tres pequeños árboles. Según se enteró después, el golpe le había producido una interrupción medular completa a partir de la C-4. Se había quedado tetrapléjico.
Sin embargo, a pesar de su nueva situación, no sucumbió a la cultura de la muerte, estilo Bardem en Mar adentro. No se dejó arrastrar por la desesperación ni la vacuidad… ni ha pedido perdón por estar en silla de ruedas. Sino que comprendió que, con la ayuda de Dios, ésta se convertiría en su arma más fundamental para hacer el bien. Desde ella, ha aportado un testimonio de fuerza, de valentía, de aceptación, con una naturalidad tal que resulta insultante si se compara con el hombre medio de hoy. Pero, ¿cómo se siente una persona así?
“Normal. Me siento normal. Con todos los condicionamientos, pero al mismo tiempo sólo los imprescindibles: ni uno más de los que yo me quiera permitir.
”Ante todo, desde luego, me ilusiona tratar mejor a Dios. Debo amarle más filialmente cada jornada con ocasión de los detalles continuos que la componen. En cada circunstancia me espera, pues son todas una oportunidad de amarle, y a la vez y por eso de ser feliz. A veces cuesta hacerlo bien. Incluso lo que no es difícil, tantas veces no apetece. Con frecuencia, de hecho, digo que no. El problema es que no quiera: el orgullo. Pero, si soy sarmiento unido a la vid, con la vida que recibo de Quien me ha pensado, me ha querido y me ha hecho nacer, todo va bien aunque haya sido podado”.
Sobre el autor
Luis de Moya
Luis de Moya nació en Ciudad Real el verano de 1953, siendo el mayor de ocho hermanos. En 1971 comenzó los estudios de Medicina en Madrid. A finales de 1978 marchó a Roma para estudiar Teología. En agosto del 81, vuelto a España, recibió la ordenación sacerdotal.
En abril de 1991 sufrió un accidente de tráfico, a consecuencia del cual quedó tetrapléjico. Al poco tiempo de salir de la clínica volvió a ser nombrado capellán. En diciembre de 1996 salió a la calle Sobre la marcha, del que se han publicado cinco ediciones en castellano y una en francés, portugués e italiano.
http://www.muertedigna.org/

Escribile contesta todos los mails y son personalizados. YO LO HICE Y ME CONTESTO Y ME ACOMPAÑO EN TODO EL TIEMPO QUE DURO LA ENFERMADAD DE MI PADRE Y SU MUERTE Y LA ENFERMEDAD Y MUERTE DE MI ESPOSO...ES REALMENTE UN SIGNO DE ESPERANZA-ALI







1 comentario:

JORGE dijo...

La vida es un regalo tan maravilloso, que en cualquier condicion, vale la pena aceptar.

Dios bendiga a los gobernantes que se preocupan por la vida de sus ciudadanos.

Gracias y bendiciones.