Los taxistas que le presentaremos, no sólo cobran pasajes en esta tierra... en el cielo también acumulan ganancias. Estos conductores coreanos literalmente están conduciendo a la gente a Cristo.
Cuando Jun-Suk Jan de Busán, Corea del Sur, tomó un taxi luego de hacer compras el año
pasado, nunca esperó hasta dónde la llevaría esa decisión.
El conductor era una cristiana quien compartió La Palabra de Dios con ella. “Luego de hacer compras, tome un taxi. La taxista me invito a la iglesia. Y fui”, dice Hyun Sook Han.
Moon Ja Kang, taxista misionera dice que “’vamos a la iglesia’ le dije. Cuando ella dijo que si, yo estaba muy feliz. Y ore, ‘Dios, guíala a la Iglesia’.”
Debido a ese viaje en taxi, Jan aceptó a Cristo en su vida y no fue casualidad que la taxista fuera quien la condujo a Cristo.
Moon Ya Kang es una de 450 taxistas cristianos que pertenecen al club de taxistas misioneros en Busán.
Se dedican a hablar con sus pasajeros del Señor, ponen programas religiosos en la radio y dan testimo
nio personal.
Myeong-Woong Ban, Presidente de Taxistas Misioneros dice que “desde la mañana hasta la noche evangelizamos en los caminos. Si nos entregan su lista de pasajeros a la oficina, los ponemos en oracions, los abrazamos en nuestro corazón, y les conectamos con una Iglesia cercana para que conozcan a Jesús”.
A los taxistas misioneros les motiva compartir el Santo Evangelio con sus pasajeros porque ven las calles de Busán como su campo misionero.
Su meta es llevar a todos sus pasajeros seguramente a un destino eterno.
Gil Jong Jin, taxista misionero dice, “yo considero que mi trabajo principal es servir a Dios, lo demás que hago en este mundo es secundario. Una alma perdida para Dios significa más que la vida, y cumpliré su voluntad hasta llegar al cielo, fijando mi corazón en ese propósito”.
Cuando Jun-Suk Jan de Busán, Corea del Sur, tomó un taxi luego de hacer compras el año
pasado, nunca esperó hasta dónde la llevaría esa decisión.El conductor era una cristiana quien compartió La Palabra de Dios con ella. “Luego de hacer compras, tome un taxi. La taxista me invito a la iglesia. Y fui”, dice Hyun Sook Han.
Moon Ja Kang, taxista misionera dice que “’vamos a la iglesia’ le dije. Cuando ella dijo que si, yo estaba muy feliz. Y ore, ‘Dios, guíala a la Iglesia’.”
Debido a ese viaje en taxi, Jan aceptó a Cristo en su vida y no fue casualidad que la taxista fuera quien la condujo a Cristo.
Moon Ya Kang es una de 450 taxistas cristianos que pertenecen al club de taxistas misioneros en Busán.
Se dedican a hablar con sus pasajeros del Señor, ponen programas religiosos en la radio y dan testimo
nio personal.Myeong-Woong Ban, Presidente de Taxistas Misioneros dice que “desde la mañana hasta la noche evangelizamos en los caminos. Si nos entregan su lista de pasajeros a la oficina, los ponemos en oracions, los abrazamos en nuestro corazón, y les conectamos con una Iglesia cercana para que conozcan a Jesús”.
A los taxistas misioneros les motiva compartir el Santo Evangelio con sus pasajeros porque ven las calles de Busán como su campo misionero.
Su meta es llevar a todos sus pasajeros seguramente a un destino eterno.
Gil Jong Jin, taxista misionero dice, “yo considero que mi trabajo principal es servir a Dios, lo demás que hago en este mundo es secundario. Una alma perdida para Dios significa más que la vida, y cumpliré su voluntad hasta llegar al cielo, fijando mi corazón en ese propósito”.
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