lunes, 8 de junio de 2009

El 19 de junio, los sacerdotes del mundo tienen una cita con el Papa

CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 5 junio 2009 (ZENIT.org).- Publicamos la carta que ha enviado a los sacerdotes del mundo el arzobispo Mauro Piacenza, secretario de la Congregación vaticana para el Clero, en la que explica cómo se inaugurará el año sacerdotal y los motivos que han llevado a Benedicto XVI a convocar este acontecimiento.

Queridísimos Sacerdotes:
Dentro de unas dos semanas - viernes 19 de junio, Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús - podremos vivir un intenso momento de fe, muy unidos al Santo Padre y entre nosotros, cuando en la Basílica Papal de San Pedro en el Vaticano celebraremos las Vísperas e comenzaremos el Año Sacerdotal.
Estamos ciertamente llamados a la conversión en cada día, pero en este Año lo somos en una manera muy particular, juntamente a cuantos han recibido el don de la Ordenación sacerdotal. ¿A qué debemos convertirnos? Conversión para ser siempre más auténticamente aquello que somos, conversión hacia nuestra identidad eclesial para un ministerio que sea absolutamente consecuente con dicha identidad, con el fin de que una renovada y alegre conciencia del nuestro "ser" determine nuestro "hacer", o mejor, ofrezca el espacio a Cristo, Buen Pastor, para que El pueda vivir dentro de nosotros y actuar a través de nosotros.
Nuestra espiritualidad no puede ser otra que la de Cristo, único y Sumo Sacerdote del Nuevo Testamento.
En este Año, que el Sumo Pontífice ha providencialmente proclamado, buscaremos todos juntos la referencia a la identidad de Cristo, Hijo de Dios, en comunión con el Padre y el Espíritu Santo, hecho Hombre en las entrañas virginales de María; a su misión de revelar al Padre y a su admirable diseño de salvación. Esta misión de Cristo comporta también la construcción de la Iglesia: El Buen Pastor (cfr. Ju. 19, 1-21), que da su vida por la Iglesia (cfr. Ef. 5, 25).
Convertirse sí cada día para que el estilo de vida de Cristo sea cada vez más el estilo de cada uno de nosotros.
Debemos ser para los hombres, debemos comprometernos a vivir en comunión con el santo y divino amor con la gente; una amor que da la vida (he aquí incisa la riqueza del sagrado celibato), que obliga a la solidariedad auténtica con los que sufren y con los pobres de toda pobreza.
Debemos ser obreros para la construcción de la única Iglesia de Cristo por lo cual debemos vivir fielmente la comunión de amor con el Papa, con los Obispos, con los hermanos sacerdotes y con los fieles. Debemos vivir la comunión con camino jamás interrumpido de la Iglesia en el interior del Cuerpo místico.
Debemos poder correr espiritualmente en este Año "dilatato corde" correspondiendo a nuestra vocación para así poder mejor decir con verdad: "no soy yo quien vive, es Cristo que vive en mi" (Gal. 2, 20).
La santidad de los sacerdotes esparce todo un beneficio al Cuerpo eclesial y es por eso que los fieles ordenados - como también los seminaristas, religiosos, religiosas y fieles laicos - todos juntos podremos encontrarnos en la Basílica Vaticana en ocasión de la Vísperas presididas por el Santo Padre, después de haber acogido la reliquia del corazón de aquel luminoso modelo, que es San Juan María Vianney.

Todos aquellos que no tendrán ocasión de estar presentes podrán unirse espiritualmente en sus propios lugares.



¡Pobres sacerdotes!

Hay parroquias que tienen muchos feligreses

y tan sólo uno o dos sacerdotes para

su atención espiritual.
Es curioso.

Todos opinan sobre ese o esos pobres sacerdotes,
y son los hombres más discutidos y criticados.
Reparad un poco:

Es el blanco de todas las miradas.
Es el blanco de todas las opiniones y juicios.
Es el blanco de todos los caprichos.

Es el blanco de todos los gustos.

Si es gordo, lo quieren flaco.
Si es viejo, lo quieren joven.
Si es feo, no les agrada.
Si es guapo, es una lástima.
Si es alegre y chistoso, lo quieren serio.
Si es negro, lo quieren blanco
Si es muy simpático, lo critican por eso.
Si es observante, lo llaman puritano.
Si fuma, es vicioso.
Si no fuma, no es hombre.
Si canta mal, sobra tema para burlarse.
Si canta muy bien, es un vanidoso.
Si es suave, lo quieren de más carácter.
Si es serio, lo critican de áspero.
Si predica mucho, es un rollo.
Si predica poco, no se ha preparado.
Si habla en voz alta, regaña.
Si lo hace en tono natural, nadie lo puede oír.
Si tiene coche, anda buscando lujos.
Si anda a pie, no está a la altura de los tiempos.
Si visita a sus feligreses, le gusta el chisme.

Si se queda en la parroquia,

no se interesa por la gente.
Si solicita ayuda, es un limosnero.
Si no organiza eventos sociales,

no hay vida parroquial.
Si los organiza, es un politiquero.
Si tarda al confesar, le gusta el cotilleo.
Si despacha rápido la confesión, rehuye los problemas.
Si es puntual en misa, su reloj está adelantado.
Si empieza tarde la misa,

hace perder el tiempo a todos.

Si arregla la iglesia,

está malgastando el dinero.

Si no le hace nada a la iglesia,

no cuida la Casa de Dios.

Si es joven, le falta experiencia.

Si es viejo, ya debe retirarse

Y... si los trasladan, enferma o muere...

¿Quién ocupará su lugar?


PUEBLO DE DIOS:

ES ES UN BUEN AÑO PARA REFLEXIONAR


SERIAMENTE HASTA DONDE


AYUDAMOS A NUESTROS SACERDOTES


EN TODA SU VIDA ENTREGADA


A CRISTO POR NOSOTROS



EN LUGAR DE CRITICAR,



QUE TAL SI DOBLAMOS



NUESTRAS RODILLAS





EN TODO MOMENTO, PERO ESPECIALMENTE




EN CADA CONSAGRACION DURANTE LA MISA...



EL PUEBLO DE DIOS ES SU FAMILIA



¿VOS TE SENTIS FAMILIA DE TU SACERDOTE?




ORACION
POR LOS SACERDOTES

Omnipotente y eterno Dios, dignate a mirar el rostro de tu Cristo, el eterno Sumo Sacerdote y por amor a El, ten piedad de tus Sacerdotes.
Recuerda, oh Dios misericordioso, que no son sino debiles y fragiles criaturas. Mantén vivo en ellos el fuego de tu amor. Guardalos junto a Ti para que el enemigo no prevalesca contra ellos y para que en ningun momento sean indignos de tu sublime nombre.
!Oh Jesus! te ruego por tus fieles y fervorosos, por tus sacerdotes tibIos e infieles; por tus sacerdotes que trabajan cerca o en lejanas misiones; por tus sacerdotes que sufren tentacion; por tus sacerdotes que sufren soledad y desolacion; por tus jovenes sacerdotes por tus ancianos sacerdotes; por tus sacerdotes enfermos; por tus sacerdotes agonizantes y los que padecen en el purgatorio.
Pero sobre todo, te encomiendo los sacerdotes que me son mas queridos; al sacerdote que me bautizo ; al que me absolvio y que me dieron tu cuerpo y Sangre en la Sagrada Comunion ; a los sacerdotes que me enseñaron e instruyeron, me alentaron y aconsejaron ; a todos los sacerdotes a quienes me liga una deuda de gratitud.
!Oh Jesus ! guardalos a todos junto a tu Corazon
y consedeles abundantes bendiciones en el tiempo y en la eternidad. Asi sea













No hay comentarios: