martes, 25 de enero de 2011

El 2010 puede ser la bisagra para la renovación de la Iglesia

Buenos Aires, 25 Ene. 11 (AICA)
Al retomar sus reflexiones semanales, el arzobispo emérito de Resistencia, monseñor Carmelo Giaquinta, afirmó que “la exhortación de Jesús al arrepentimiento, pronunciada hace dos mil años, tiene una gran actualidad. Y la tendrá siempre”. Pero “la resistencia a la conversión que sucedió en tiempos de Jesús”, advirtió, “sucede también hoy, y sucederá mañana”.

Sostuvo que “con no rara frecuencia, una lectura errada del Evangelio, nos lleva a los cristianos a interpretar los pasajes evangélicos que incluyen a personajes judíos en actitud negativa frente a Jesús como simples anécdotas dolorosas soportadas por él. No percibimos el mensaje profético que contienen para nosotros. No se nos ocurre hacer la transposición desde el fariseo y el escriba de entonces, al cristiano y al clérigo actual. Y que es Jesús quien hoy nos llama a la conversión”.

También dijo que sería “interminable” enumerar las formas en las que “a través de dos mil años, Jesús ha llamado a su Iglesia a la conversión”. Y puntualizó: “Por medio de los santos, de las persecuciones, de los concilios. Modernamente, por el Concilio Vaticano II, por los viajes apostólicos de los Papas, por la celebración del Gran Jubileo del año dos mil, por la “cristianofobia” desatada: de manera cruenta en sectores de algunos países islámicos; y, en Occidente, en forma de laicismo militante para erradicar todo signo cristiano del espacio público”. En este punto hizo una mención especial a “la difusión a los cuatro vientos de miserias nefandas de hombres de Iglesia, entre las que sobresale el crimen de la pedofilia, que es preciso reconocer con humildad, para lograr una verdadera conversión de la Iglesia en la cabeza y en los miembros”.

En este contexto manifestó: “El pasado año 2010, año de gracia, a la vez que ‘año horrible’, bien puede ser la bisagra de una puerta que se abra a la renovación de la Iglesia. Depende de nosotros empujarla y abrirla. La gracia de Dios está disponible en abundancia. ¿O nos contentaremos con que pase el chubasco, para seguir luego en la mediocridad de una vida que tiene poco de evangélica?”.+

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