sábado, 7 de mayo de 2011

Primer Congreso Nacional de Doctrina Social de la Iglesia

Más de 1500 personas asistieron a las Conferencias Centrales.

Primer Congreso Nacional de Doctrina Social de la Iglesia a cargo del Cardenal Peter Turkson, Presidente del Pontificio Consejo “Justicia y Paz”, y de Monseñor Jorge Casaretto, Obispo de San Isidro y Presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social.
Rosario, 7 de mayo de 2011 – Frente a más de mil quinientas personas que asistieron al Teatro el Círculo de Rosario, se realizaron las Conferencias Centrales. Entre los participantes se encontraban representantes de 58 diócesis del país y de diversos sectores (sociales, politicos, empresariales, sindicales, académicos y otros credos) y alrededor de 500 jóvenes.

Las palabras de bienvenida estuvieron a cargo de Monseñor José Luis Mollaghan que destacó el rol de los laicos y su deseo de ahondar en la Doctrina Social de la Iglesia. Habló también de la necesidad de realizar gestos concretos que manifiesten la verdadera solidaridad: “que todos se sientan responsables de todos.”

A continuación el Nuncio Apostólico, Adriano Bernardini, afirmó que la “Iglesia Católica no puede echarse atrás en la misión de iluminar la acción de los hombres de buena voluntad para la solución de los problemas de la sociedad” y compartió con los presentes el mensaje y la bendición de la Santa Sede: “es necesario reconocer el papel fundamental de los laicos para que el mundo se impregne de las enseñanzas de Cristo.”

El gobernador de Santa Fe, Hermes Binner, pronunció un mensaje de bienvenida a su provincia, habló de la actualidad de los temas de la DSI y culminó sus palabras diciendo “Tenemos que construir una nación argentina basada en valores, como la solidaridad, la participación y la transparencia, para garantizar la dignidad humana.”

El intendente de Rosario, Roberto Miguel Lifschitz, estuvo también presente acompañando el desarrollo de este Congreso.

El rector de la UCA, Pbro. Dr. Victor Manuel Fernandez acercó a los presentes un mensaje de esperanza: “cada época presenta sus dificultades, y sería simplista decir que unas son más duras y exigentes; simplemente son diferentes. Por una sencilla razón: siempre está la debilidad humana, la búsqueda enfermiza de sí mismo, el egoísmo cómodo.” Y resaltó: “si en tantas circunstancias adversas (que vivimos a lo largo de toda la historia de la humanidad) fue posible un compromiso valiente y gozoso, también hoy podemos vivirlo.”

A continuación el Cardenal Peter K. A. Turkson, Presidente del Pontificio Consejo “Justicia y Paz” compartió su conferencia “Promover el desarrollo humano integral para erradicar la pobreza” (Ver conferencia completa).

Allí señala que “hemos de advertir que el panorama de la pobreza puede extenderse indefinidamente, si a las antiguas añadimos las nuevas pobrezas, que afectan a menudo a ambientes y grupos humanos no carentes de recursos económicos, pero expuestos a la desesperación del sin sentido, a la insidia de la droga, al abandono de las personas en la edad avanzada o en la enfermedad, a la marginación o a la discriminación social.” Se refirió también a “la pobreza espiritual (una pobreza de mente y espíritu, una pobreza de valores, de consistencia y compromiso, de sinceridad y de buena voluntad) que está estrechamente relacionada a la persistencia de la pobreza material.”

En esta suerte de diagnóstico, habló también de la falta de fraternidad entre los hombres y entre los pueblos, mencionada por S.S. Benedicto XVI en su encíclica “Caritas in Veritate”: “la actual sociedad que cada vez más globalizada nos hace más cercanos, pero no más hermanos.”

Como respuesta a estas cuestiones, habló de la DSI como instrumento del desarrollo humano integral y se refirió al imperativo eclesial a la vivencia de la caridad, a la necesidad de una profunda conversion, a la fidelidad a la verdad, al respeto por la Vida Humana, a la Justicia y a la Gratuidad “como expresión de verdadera fraternidad humana en orden al desarrollo, pues la vida humana como vocación al desarrollo, implica la disponibilidad solidaria al prójimo como auténtico reflejo de la disponibilidad para con Dios.”

Monseñor Jorge Casaretto, Obispo de San Isidro y Presidente de la Comisión Episcopal de Pastoral Social se dirigió en primera instancia a los jóvenes y les dijo: “Ustedes son el presente.” Casaretto habló del caracter pastoral de este Congreso que tiene por objetivo realizar aportes, desde distintos sectores, guiados por la Doctrina Social de la Iglesia, para promover políticas públicas que garanticen el cuidado de la vida, el desarrollo integral y la erradicación de la pobreza como prioridad nacional del Bicentenario 2010-2016. Resaltó así la importancia del trabajo de las veinte mesas temáticas.

También dijo: “Tenemos que evitar la queja, los argentinos somos excesivamente quejosos.” Y continuó: “es imperioza la necesidad de priorizar el diálogo como el gran instrumento de la construcción de la democracia. Una actitud dialogal que nos lleva a superar un clima de constante controversia y hasta enfrentamientos que agudizan nuestra fragmentación. Los obispos argentinos hemos insistido también en la necesidad de llegar a acuerdos básicos que se concreten en políticas de estado perdurables.”

Por último, Casaretto habló de la importancia de una profunda reconciliación: “¡Debemos tratarnos como hermanos, no como enemigos y centrarnos en el presente para encarar el futuro con renovadas esperanzas.”

Finalizado este encuentro los participantes se dirigieron a la Sede Rosario de la UCA para continuar con el trabajo en mesas temáticas.

A las 19.30 h el Cardenal Peter K. A. Turkson celebrará misa en el Espacio Joven destinado a más de 500 jóvenes de 18 a 24 años con inquietudes politicas, sociales y ciudadanas.

No hay comentarios: