miércoles, 30 de diciembre de 2015

Con la voz y bendición del Papa Francisco ¡Feliz 2016!

(RV).- Con las palabras y bendición del Papa Francisco, el equipo  de los programas en lengua española de Radio Vaticano les desea  un feliz 2016, con el amor, la paz y la alegría del Niño Dios recién nacido.
Y lo hacemos haciendo resonar la invitación del Santo Padre en su última audiencia general de 2015, en la que alentó a los peregrinos de tantas partes del mundo a «difundir en lo cotidiano la luz de Cristo, que ha brillado sobre la humanidad en la Noche de la Navidad»
Con el Niño Dios recién nacido - en su audiencia general después de laNavidad del Jubileo de la Misericordia - el Papa Francisco reiteró que el Niño Jesús quiere estar en nuestros brazos y anhela ser acogido y, agradeciendo las felicitaciones navideñas y para el Año Nuevo que le han llegado de tantas partes del mundo, deseó a todos de corazón sus mejores parabienes para el 2016, acompañados por el amor, la paz y la alegría delNiño Jesús:
«¡Abrámosle nuestros corazones y nuestros hogares, dispensando los dones de su amor en el mundo! Agradezco a cuantos me han mostrado su cercanía espiritual y me han expresado sus felicitaciones para la Navidad y el Año Nuevo. Yo también de corazón les deseo a todos, a sus familias, en especial a los que se sienten solos, que en la fe puedan experimentar profundamente la presencia del recién nacido Hijo de Dios en sus vidas y gozar su amor, su paz y su alegría ¡Feliz Año Nuevo!»

lunes, 28 de diciembre de 2015

10 FORMAS DE HACER ORACION

HIMNO "PAPA FRANCISCO" en Chiapas

HIMNO OFICIAL "PAPA FRANCISCO"
Papa Francisco en Tuxtla 
"Mensajero de la Misericordia y la Paz"
"Tuxtla te recibe con los brazos abiertos"
"Misionero de Misericordia y Paz"

Visita Apostólica Chiapas 2016

Agradecimientos a todos los que hicieron posible este himno "PAPA FRANCISCO"

Letra: Marco López (GDL -MÉXICO)
Arreglos: Kiki Troia (ARGENTINA)
Masterización: Gerardo Carrillo (GDL - MÉXICO)
Músicos: Ministerio de Música Fuego Nuevo (CHIAPAS - MÉXICO)
Video: German Bernardo Ortiz de Montellano Velasco
Producción: Armando García Morales Guillermo García Morales
Diseño: Alejandro Rodríguez

El Santo Padre a los jóvenes de Taizé: 'Descubrir el rostro de la misericordia del Padre'

Del 28 de diciembre al 1 de enero, se reunirán en Valencia unos 30 mil chicos y chicas de toda Europa en una nueva etapa de la “peregrinación de confianza a través de la tierra”
Prayer in the church of the ecumenical monastic order of Taizé, Burgundy, France
El papa Francisco ha dirigido un mensaje al 38° Encuentro Europeo organizado por la Comunidad ecuménica de Taizé, que comienza el próximo lunes en Valencia (España), en el que anima a los más de 30 mil jóvenes participantes previstos a “tener el coraje de la misericordia para estar cerca de las personas más desamparadas”.
En este sentido, el Santo Padre cita de forma especial “a los muchos emigrantes que necesitan nuestra acogida”. Además, el Pontífice invita a los asistentes a que “durante estos hermosos días, en los cuales os reunís en Valencia, rezando y compartiendo, podáis descubrir mejor a Cristo, el rostro de la misericordia del Padre”.
La comunidad ecuménica de Taizé ha elegido esta ciudad española como sede de su próximo encuentro europeo de oración, que tendrá lugar del 28 de diciembre al 1 de enero. La archidiócesis de Valencia ha habilitado la catedral, más de 150 parroquias e iglesias y dos carpas gigantes para acoger a los miles de participantes previstos para la reunión.
Los jóvenes de toda Europa, que tienen edades comprendidas entre los 17 y los 35 años, ya están siendo acogidos en familias y comunidades cristianas de la ciudad y su área metropolitana.
A partir de mañana, los participantes de este encuentro ecuménico vivirán cinco días de oración y diálogo, acogiendo lo diverso y buscando la unidad por encima de la división, en una etapa más de la “peregrinación de confianza a través de la tierra” iniciada por el hermano Roger a finales de los años 70.
A continuación, publicamos el texto íntegro que ha hecho público este domingo la Oficina de Prensa de la Santa Sede:
Queridos jóvenes,
Miles de vosotros os habéis reunido en Valencia, España, con ocasión del 38° Encuentro Europeo organizado por la Comunidad de Taizé. El tema de la misericordia, que os reúne y en el que vais a profundizar durante el 2016 hace que el Papa Francisco se sienta especialmente cercano a vosotros, sobre todo después del inicio del Jubileo de la Misericordia el 8 de diciembre. Es su deseo que “los cristianos puedan reflexionar durante el Jubileo sobre las obras de Misericordia” (Documento de Indicción del Jubileo Extraordinario de la Misericordia). El Santo Padre os agradece de todo corazón que os dediquéis a esta tarea con toda la fuerza creativa y la imaginación de vuestra juventud.
Vosotros queréis también que la Misericordia se manifieste en todas sus formas, incluida su esfera social. El Papa os anima a continuar por este camino y a tener el coraje de la misericordia, el cual os va a guiar no solamente a recibirla vosotros en vuestras vidas, sino también para estar cerca de las personas más desamparadas. Vosotros sabéis que la Iglesia está aquí para toda la humanidad y “allí donde están los cristianos, todos tendrían que encontrar un oasis de misericordia”. Esto es en lo que se pueden convertir vuestras comunidades.
Esto se aplica de manera particular a los muchos emigrantes que necesitan nuestra acogida. El Papa escribió hace algunos meses al Hermano Alois por el centenario del nacimiento del Hermano Roger: “el Hermano Roger amaba a los pobres, a los más desamparados, a los que aparentemente a nadie importan. Él ha demostrado con su vida y la de sus hermanos que la oración va unida con la solidaridad humana”. A través de vuestra práctica de la solidaridad y de la misericordia, podréis vivir esta alegría exigente, rica de significado, a la cual os llama el Evangelio.
El Santo Padre os desea que durante estos hermosos días, en los cuales os reunís en Valencia, rezando y compartiendo, podáis descubrir mejor a Cristo, “el rostro de la misericordia del Padre”. Él ha hablado ya a través del Profeta Oseas cuando ha transmitido a su pueblo el mensaje “yo deseo misericordia y no sacrificios”.
De todo corazón el Papa Francisco manda su bendición a los jóvenes que participan en el Encuentro, a los Hermanos de Taizé y a todas las familias que acogerán en Valencia y en los alrededores.
Cardenal Pietro Parolin
Secretario de Estado de Su Santidad

domingo, 27 de diciembre de 2015

Año mariano por la familia en el Opus Dei

El 28 de diciembre de 2014 inició en el Opus Dei un año en el que se ha puesto bajo la intercesión de la Virgen a todas las familias. Este periodo concluirá el próximo 27 de diciembre. Ofrecemos recursos para aprovechar hasta el final este periodo.
Breves consejos del Papa Francisco que se encuentran esparcidos en lascatequesis sobre la familia

b) Series de textos
Textos sobre el amor humano, los hijos y la vida en familia para reflexionar.
He convocado un año mariano en el Opus Dei, para rezar con toda la Iglesia por la próxima Asamblea ordinaria del Sínodo de los Obispos, que tratará sobre la vocación y la misión de la familia en la Iglesia y en el mundo. Deseamos, y así lo rogamos fervientemente a Dios, por intercesión de la Virgen, que en todas partes se redescubra el valor insustituible de esta célula fundamental de la sociedad. Si los hogares cristianos reconocen y aceptan el designio de Dios sobre ellos, se podrán remediar los males que afectan a los pueblos y a las naciones (...).
Hemos pedido por todos los hogares cristianos de la tierra, para que sean y vivan conforme al divino modelo que se nos ha mostrado en Belén y en Nazaret. En este año mariano, recemos especialmente por esta intención. Quizá podemos utilizar alguna jaculatoria que nos ayude a tenerla presente. Nuestro Padre rezaba a menudo: Jesús, María y José, que esté siempre con los Tres. Nosotros insistiremos en que todas las familias de la tierra estén siempre bien cobijadas por la Sagrada Familia de Nazaret. (...)
Todos hemos de esforzarnos por hacer amable la convivencia a las personas que con nosotros conviven, o que tenemos cerca por uno u otro motivo.Hagamos espacio en nuestro corazón y en nuestras jornadas al Señor. Así hicieron también María y José, y no fue fácil: ¡cuántas dificultades tuvieron que superar! No era una familia de mentira, no era una familia irreal. La familia de Nazaret nos compromete a redescubrir la vocación y la misión de la familia, de toda familia (Papa Francisco, Discurso en la audiencia general, 17-XII-2014).
Supliquemos al Señor, por intercesión de la Virgen y de san José, que en los Centros de la Obra, en las casas de los demás fieles y cooperadores de la Prelatura, de nuestros amigos y parientes, y en todos los hogares cristianos, se refleje el ejemplo de la Sagrada Familia. Contemplar a Jesús, María y José nos ha de impulsar a estar pendientes de los demás, como lo hicieron ellos. Hemos de rezar a diario y ocuparnos de sus necesidades espirituales y materiales, de su descanso, del orden y decoro material de la casa, que ha de ser un espejo del hogar de Nazaret. No consideremos jamás estos deberes como un peso, sino como estupendas ocasiones de servir.
En el seno la familia de Nazaret, Jesucristo fue testigo de tantos detalles de delicadeza, de tantas manifestaciones de cariño. Cuando comenzó la vida pública, le conocían por sus orígenes familiares: ¿No es éste el hijo del artesano? ¿No se llama su madre María? (Mt 13, 55). Qué bueno sería que, al observar nuestro comportamiento de fieles seguidores de Cristo, las gentes pudieran afirmar: se nota que esta persona imita el ejemplo de Jesús, porque custodia el ambiente de su hogar, porque lo lleva consigo a todas partes, porque trata de que los demás participen de esa alegría y de esa paz (...).
Con otras palabras de nuestro Fundador, pidamos que en las familias se continúe siempre el espíritu de los primeros tiempos del cristianismo:pequeñas comunidades cristianas, que fueron como centros de irradiación del mensaje evangélico. Hogares iguales a los otros hogares de aquellos tiempos, pero animados de un espíritu nuevo, que contagiaba a quienes los conocían y los trataban. Eso fueron los primeros cristianos, y eso hemos de ser los cristianos de hoy: sembradores de paz y de alegría, de la paz y de la alegría que Jesús nos ha traído (San Josemaría, Es Cristo que pasa, n. 30).
d) San Josemaría y el año mariano (vídeo del Prelado del Opus Dei)
VER VIDEO: https://youtu.be/xkR2wdKxTco

e) Oración por la familia, de Papa Francisco
Jesús, María y José
en vosotros contemplamos
el esplendor del verdadero amor,
a vosotros, confiados, nos dirigimos.
Santa Familia de Nazaret,
haz también de nuestras familias
lugar de comunión y cenáculo de oración,
auténticas escuelas del Evangelio
y pequeñas Iglesias domésticas.
Santa Familia de Nazaret,
que nunca más haya en las familias episodios
de violencia, de cerrazón y división;
que quien haya sido herido o escandalizado
sea pronto consolado y curado.
Santa Familia de Nazaret,
que el próximo Sínodo de los Obispos
haga tomar conciencia a todos
del carácter sagrado e inviolable de la familia,
de su belleza en el proyecto de Dios.
Jesús, María y José,
escuchad, acoged nuestra súplica.

    La Sagrada Familia proteja a todas las familias del mundo y abran la puerta a Dios, ruego del Papa

    lias que he encontrado en los viajes apostólicos, y las de todo el mundo. Quisiera saludarlas a todas con afecto y reconocimiento, en especial en este tiempo nuestro, en el que la familia está sometida a incomprensiones y dificultades de diversos tipos que la debilitan.
    El Evangelio de hoy invita a las familias a percibir la luz de esperanza que mana de la casa de Nazaret, en la cual se ha desarrollado en la alegría la infancia de Jesús, el cual – dice San Lucas -  «iba creciendo en sabiduría, en estatura y en gracia, delante de Dios y de los hombres» (2,52). El núcleo familiar de Jesús, María y José es para todo creyente, y en especial para las familias, una auténtica escuela del Evangelio. Aquí admiramos el cumplimiento del plan divino de hacer de la familia una especial comunidad de vida y de amor. Aquí aprendemos que todo núcleo familiar cristiano está llamado a ser 'Iglesia doméstica’, para hacer resplandecer las virtudes evangélicas y volverse fermento de bien en la sociedad. Los rasgos típicos de la Sagrada Familia son: recogimiento y oración, mutua comprensión y respeto, espíritu de sacrificio, trabajo y solidaridad.
    Del ejemplo y del testimonio de la Sagrada Familia, cada familia puede aprender indicaciones preciosas para el estilo y las opciones de vida, y puede tomar fortaleza y sabiduría para el camino de cada día. La Virgen y San José enseñan a acoger a los hijos como don de Dios, a generarlos y educarlos cooperando de forma maravillosa con la obra del Creador y donando al mundo, en cada niño, una sonrisa nueva. Es en la familia unida que los hijos alcanzan la madurez de su existencia, viviendo la experiencia significativa y eficaz del amor gratuito, de la ternura, del respeto recíproco, de la comprensión mutua, del perdón y de la alegría.
    Quisiera detenerme sobre todo en la alegría. La verdadera alegría que se experimenta en la familia no es algo casual y fortuito. Es una alegría que es fruto de la armonía profunda entre las personas, que hace saborear la belleza de estar juntos, de sostenernos mutuamente en el camino de la vida. Pero como cimiento de todo está la presencia de Dios, su amor acogedor, misericordioso y paciente hacia todos. Si no se abre la puerta de la familia a la presencia de Dios y a su amor, la familia pierde la armonía, prevalecen los individualismos y se apaga la alegría. Sin embargo, la familia que vive la alegría de la fe, la comunica espontáneamente, es sal de la tierra y luz del mundo, es levadura para toda la sociedad.
    Que Jesús, María y José bendigan y protejan a todas las familias del mundo, para que en ellas reinen la serenidad y la alegría, la justicia y la paz, que Cristo naciendo ha traído como don para la humanidad».

    sábado, 26 de diciembre de 2015

    Ángelus del Papa: Que María nos oriente para recibir y donar el perdón

    (RV).- A la hora del Ángelus del sábado 26 de diciembre, memoria litúrgica de San Esteban, primer mártir cristiano, el Papa Francisco destacó que tras la contemplación de la Solemnidad de la Navidad  y, en consecuencia, del amor misericordioso de Dios, en esta ocasión vemos la respuesta coherente del discípulo de Jesús, que da su vida. De hecho, tras el nacimiento en la tierra del Salvador; nace para el cielo su testigo fiel. Y añadió que si bien aparecen siempre las tinieblas del rechazo de la vida, la luz del amor brilla más fuerte porque vence el odio e inaugura un mundo nuevo.
    El Santo Padre puso de manifiesto un aspecto singular del relato de los Hechos de los Apóstoles, que acerca a San Esteban al Señor. Y es el hecho de morir perdonando al igual que Jesús. También afirmó que Esteban es mártir, que significa testigo, porque se comporta como el Señor Jesús, rezando, amando, donando y, sobre todo, perdonando, puesto que el perdón es la máxima expresión del don.
    El Obispo de Roma invitó a peguntarnos ¿para qué sirve perdonar? Y explicó que encontramos una respuesta precisamente en el martirio de Esteban, quien también perdonó al joven Saulo – que perseguía a la Iglesia –  y que gracias al perdón recibido llegó a ser Pablo, el gran Santo, Apóstol de las gentes. Por esta razón, el Papa Bergoglio afirmó que “Pablo nace de la gracia de Dios y del perdón de Esteban”.
    Al mismo tiempo, el Pontífice dijo que también nosotros nacemos del perdón de Dios. Y no sólo en el Bautismo, sino cada vez que somos perdonados. Mientras sólo cuando somos amados podemos amar a nuestra vez y jamás debemos cansarnos de pedir el perdón divino, porque sólo cuando somos perdonados aprendemos a perdonar.
    Francisco admitió, como ha hecho otras veces, que perdonar es siempre muy difícil. De ahí su recomendación a aprender a disculpar las pequeñas o grandes ofensas de cada día mediante la oración, como hizo Esteban. Y debemos hacerlo – dijo – comenzando por nuestro propio corazón: sólo podremos afrontar “el resentimiento que experimentamos, encomendando a quien nos ha hecho el mal a la misericordia de Dios”.
    Descubriremos así – dijo el Papa –  que la lucha interior  para perdonar purifica del mal y que la oración y el amor nos liberan de las cadenas interiores del rencor. Antes de rezar a la Madre de Dios, el Pontífice invitó a encomendar a María a las tantas personas que, como San Esteban, padecen persecuciones en nombre de la fe, para que la Virgen oriente nuestra oración, a fin de que recibamos y donemos el perdón.
    (María Fernanda Bernasconi - RV). 
    Texto y audio de la alocución del Santo Padre Francisco antes de rezar a la Madre de Dios:
     
    Queridos hermanos y hermanas ¡buenos días!
    Hoy celebramos la Fiesta de San Esteban. El recuerdo del primer mártir sigue inmediatamente a la Solemnidad de la Navidad. Ayer hemos contemplado el amor misericordioso de Dios, que se ha hecho carne por nosotros; hoy vemos la respuesta coherente del discípulo de Jesús, que da su vida. Ayer nació en la tierra el Salvador; hoy nace para el cielo su testigo fiel. Ayer, como hoy, aparecen las tinieblas del rechazo de la vida, pero brilla más fuerte aún la luz del amor, que vence el odio e inaugura un mundo nuevo.
    Hay un aspecto particular en el relato de hoy de los Hechos de los Apóstoles, que acerca a San Esteban al Señor. Es su perdón antes de morir lapidado. Jesús, clavado en la cruz, había dicho: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen”  (Lc 23,34); de modo semejante, Esteban “poniéndose de rodillas, exclamó en alta voz: ‘Señor, no les tengas en cuenta este pecado’” (Hch7,60). Por tanto, Esteban es mártir, que significa testigo, porque hace como Jesús; en efecto, es un verdadero testigo que se comporta come Él: que reza, que ama, que dona, pero, sobre todo, que perdona, porque el perdón, como dice la misma palabra, es la expresión más alta del don.
    Pero – podríamos preguntarnos  – ¿para qué sirve perdonar? ¿Es sólo una buena acción o da resultados? Encontramos una respuesta precisamente en el martirio de Esteban. Entre aquellos por los cuales él imploró el perdón había un joven llamado Saulo; éste perseguía a la Iglesia y trataba de destruirla (Cfr. Hch 8,3). Poco después Saulo llegó a ser Pablo, el gran Santo, el Apóstol de las gentes. Había recibido el perdón de Esteban. Podemos decir que Pablo nace de la gracia de Dios y del perdón de Esteban.
    También nosotros nacemos del perdón de Dios. No sólo en el Bautismo, sino cada vez que somos perdonados nuestro corazón renace, es regenerado. Cada paso hacia adelante en la vida de la fe lleva impreso al inicio el signo de la misericordia divina. Porque sólo cuando somos amados podemos amar a nuestra vez. Recordémoslo, nos harán bien: si queremos avanzar en la fe, ante todo es necesario recibir el perdón de Dios; encontrar al Padre, que está dispuesto a perdonar todo y siempre, y que precisamente perdonando cura el corazón y reaviva el amor. Jamás debemos cansarnos de pedir el perdón divino, porque sólo cuando somos perdonados, cuando nos sentimos perdonados, aprendemos a perdonar.
    Pero perdonar no es una cosa fácil, es siempre muy difícil. ¿Cómo podemos imitar a Jesús? ¿Por dónde comenzar  para disculpar pequeñas o grandes ofensas que sufrimos cada día? Ante todo por la oración, como hizo Esteban. Se comienza por el propio corazón: podemos afrontar con la oración el resentimiento que experimentamos, encomendando a quien nos ha hecho el mal a la misericordia de Dios: ‘Señor, te pido por él, te pido por ella’. Después se descubre que esta lucha interior  para perdonar purifica del mal y que la oración y el amor nos liberan de las cadenas interiores del rencor. ¡Es tan feo vivir en el rencor! Cada día tenemos la ocasión para entrenarnos a perdonar, para vivir esto gesto tan alto que acerca al hombre a Dios. Como nuestro Padre celestial, nos convertimos, también nosotros en misericordiosos, porque a través del perdón vencemos el mal con el bien, transformamos el odio en amor y así hacemos que el mundo sea más limpio.
    Que la Virgen María, a quien encomendamos a aquellos – y lamentablemente son tantos – que como San Esteban padecen persecuciones en nombre de la fe, nuestros mártires de hoy, oriente nuestra oración para recibir y donar el perdón. Recibir y donar el perdón.
    Después de la oración a la Madre de Dios que rezó junto a los fieles el día de la festividad de San Esteban, el Papa saludó a los fieles llegados desde diferentes países del mundo y renovó su invitación a admirar al Niño Jesús que suscita misericordia y amor. Escuchemos:
     
    Queridos hermanos y hermanas,
    Saludo a todos ustedes peregrinos, provenientes de Italia y de diferentes países. Renuevo a todos ustedes mi deseo de que la contemplación del Niño Jesús, junto a María y a José, pueda suscitar una actitud de misericordia y de amor recíproco en las familias, en las comunidades parroquiales y religiosas, en los movimientos y en las asociaciones, en todos los fieles y en las personas de buena voluntad.  
    En estas semanas he recibido muchos mensajes con felicitaciones desde Roma y desde otras partes. No me es posible responder a cada uno. Por lo tanto, expreso hoy a todos mi vivo agradecimiento, especialmente por lasoraciones.  
    Buena fiesta de San Esteban y por favor no se olviden de rezar por mí. ¡Buen almuerzo y hasta la vista!

    ¿Qué hacer en Navidad para evangelizar? Evangelizando con María

    jueves, 24 de diciembre de 2015

    No estamos ya solos ni abandonados. Tiene que cesar el miedo y el temor, porque la luz nos señala el camino, afirmó el Papa en Navidad

    (RV).- “Que, al igual que los pastores de Belén, nuestros ojos se llenen de estupor y maravilla al contemplar en el Niño Jesús al Hijo de Dios. Y que, ante Él, brote de nuestros corazones la invocación: Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación”, deseo Francisco a los fieles que rezaron con él la Misa de Noche Buena de 2015 en la  Basílica de san Pedro.
    “Nuestro corazón estaba ya lleno de alegría mientras esperaba este momento –dijo-; ahora, ese sentimiento se ha incrementado hasta rebosar, porque la promesa se ha cumplido, por fin se ha realizado. El gozo y la alegría nos aseguran que el mensaje contenido en el misterio de esta noche viene verdaderamente de Dios. No hay lugar para la duda; dejémosla a los escépticos que, interrogando sólo a la razón, no encuentran nunca la verdad. No hay sitio para la indiferencia, que se apodera del corazón de quien no sabe querer, porque tiene miedo de perder algo. La tristeza es arrojada fuera, porque el Niño Jesús es el verdadero consolador del corazón.”
    El Sucesor de Pedro explicó que “el Salvador del mundo viene a compartir nuestra naturaleza humana, no estamos ya solos ni abandonados… Hoy descubrimos nuevamente quiénes somos. En esta noche se nos muestra claro el camino a seguir para alcanzar la meta. Ahora tiene que cesar el miedo y el temor, porque la luz nos señala el camino hacia Belén. No podemos quedarnos inermes. No es justo que estemos parados. Tenemos que ir y ver a nuestro Salvador recostado en el pesebre.”
    Francisco afirmó que “en una sociedad frecuentemente ebria de consumo y de placeres, de abundancia y de lujo, de apariencia y de narcisismo, Él nos llama a tener un comportamiento sobrio, es decir, sencillo, equilibrado, lineal, capaz de entender y vivir lo que es importante. En un mundo, a menudo duro con el pecador e indulgente con el pecado, es necesario cultivar un fuerte sentido de la justicia, de la búsqueda y el poner en práctica la voluntad de Dios. Ante una cultura de la indiferencia, que con frecuencia termina por ser despiadada, nuestro estilo de vida ha de estar lleno de piedad, de empatía, de compasión, de misericordia, que extraemos cada día del pozo de la oración.” jesuita Guillermo Ortiz -RV
    Texto completo de la homilía del Papa
    (RV).- En esta noche brilla una «luz grande» (Is 9,1); sobre nosotros resplandece la luz del nacimiento de Jesús. Qué actuales y ciertas son las palabras del profeta Isaías, que acabamos de escuchar: «Acrecentaste la alegría, aumentaste el gozo» (Is 9,2). Nuestro corazón estaba ya lleno de alegría mientras esperaba este momento; ahora, ese sentimiento se ha incrementado hasta rebosar, porque la promesa se ha cumplido, por fin se ha realizado. El gozo y la alegría nos aseguran que el mensaje contenido en el misterio de esta noche viene verdaderamente de Dios. No hay lugar para la duda; dejémosla a los escépticos que, interrogando sólo a la razón, no encuentran nunca la verdad. No hay sitio para la indiferencia, que se apodera del corazón de quien no sabe querer, porque tiene miedo de perder algo. La tristeza es arrojada fuera, porque el Niño Jesús es el verdadero consolador del corazón.
    Hoy ha nacido el Hijo de Dios: todo cambia. El Salvador del mundo viene a compartir nuestra naturaleza humana, no estamos ya solos ni abandonados. La Virgen nos ofrece a su Hijo como principio de vida nueva. La luz verdadera viene a iluminar nuestra existencia, recluida con frecuencia bajo la sombra del pecado. Hoy descubrimos nuevamente quiénes somos. En esta noche se nos muestra claro el camino a seguir para alcanzar la meta. Ahora tiene que cesar el miedo y el temor, porque la luz nos señala el camino hacia Belén. No podemos quedarnos inermes. No es justo que estemos parados. Tenemos que ir y ver a nuestro Salvador recostado en el pesebre. Este es el motivo del gozo y la alegría: este Niño «ha nacido para nosotros», «se nos ha dado», como anuncia Isaías (cf. 9,5). Al pueblo que desde hace dos mil años recorre todos los caminos del mundo, para que todos los hombres compartan esta alegría, se le confía la misión de dar a conocer al «Príncipe de la paz» y ser entre las naciones su instrumento eficaz.
    Cuando oigamos hablar del nacimiento de Cristo, guardemos silencio y dejemos que ese Niño nos hable; grabemos en nuestro corazón sus palabras sin apartar la mirada de su rostro. Si lo tomamos en brazos y dejamos que nos abrace, nos dará la paz del corazón que no conoce ocaso. Este Niño nos enseña lo que es verdaderamente importante en nuestra vida. Nace en la pobreza del mundo, porque no hay un puesto en la posada para Él y su familia. Encuentra cobijo y amparo en un establo y viene recostado en un pesebre de animales. Y, sin embargo, de esta nada brota la luz de la gloria de Dios. Desde aquí, comienza para los hombres de corazón sencillo el camino de la verdadera liberación y del rescate perpetuo. De este Niño, que lleva grabados en su rostro los rasgos de la bondad, de la misericordia y del amor de Dios Padre, brota para todos nosotros sus discípulos, como enseña el apóstol Pablo, el compromiso de «renunciar a la impiedad» y a las riquezas del mundo, para vivir una vida «sobria, justa y piadosa» (Tt 2,12).
    En una sociedad frecuentemente ebria de consumo y de placeres, de abundancia y de lujo, de apariencia y de narcisismo, Él nos llama a tener un comportamiento sobrio, es decir, sencillo, equilibrado, lineal, capaz de entender y vivir lo que es importante. En un mundo, a menudo duro con el pecador e indulgente con el pecado, es necesario cultivar un fuerte sentido de la justicia, de la búsqueda y el poner en práctica la voluntad de Dios. Ante una cultura de la indiferencia, que con frecuencia termina por ser despiadada, nuestro estilo de vida ha de estar lleno de piedad, de empatía, de compasión, de misericordia, que extraemos cada día del pozo de la oración.
    Que, al igual que los pastores de Belén, nuestros ojos se llenen de estupor y maravilla al contemplar en el Niño Jesús al Hijo de Dios. Y que, ante Él, brote de nuestros corazones la invocación: «Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación» (Sal 85,8).

    lunes, 21 de diciembre de 2015

    Una puerta santa de la misericordia en medio de los hielos

    Es la puerta – imaginaria - de la capilla San Francisco de Asís, 

    la primera de rito católico construida en la Antártida

    41uZ9qd4LlOzPNRt3M-6iYxGIzAWxhHovERJAXx_3XMn79lMJVxc83Ja0upCoLBzf8vnxrX-kIGqknrYy2jgk6u7EZVoRws720
    Bloques de hielo que flotan como corchos de telgopor; el twin otter vuela al ras de las aguas gélidas de la bahía Esperanza. La línea del horizonte se va acercando, la costa helada es ahora un hilo sinuoso que adquiere espesor a medida que se acorta la distancia. El avión eleva la cota y pasa por encima de los témpanos. Pocos minutos después, los esquíes entran en contacto con el hielo, el motor tose, la estructura vibra como las lengüetas de un órgano, las hélices disminuyen la velocidad hasta detenerse. El twin otter se desliza sobre la superficie hacia abajo, donde los snowcats esperan la carga.
    Desembarco. Los snowcat completan el último tramo hasta la base en un recorrido que sube y baja siguiendo las caprichosas formaciones de hielo. Y llegamos a la base Esperanza, un complejo de cuarenta edificios anaranjados, diseñados para resistir los vientos helados que pueden alcanzar hasta 200 kilómetros por hora. Se puede entender el lema de la base: “Permanencia, un acto de sacrificio”.
    Fue fundada un día como hoy, el 17 de diciembre de 1952 –cumpleaños del Papa Francisco- por una patrulla al mando del entonces capitán argentino Jorge Edgar Leal, con un acto donde se cantó el Himno Nacional y se izó la bandera argentina. Antes que él llegara, una ballenera sueca quedó atrapada y destruida por el hielo, y la tripulación buscó refugio en este mismo lugar. Todavía se puede ver la primera edificación de piedra donde increiblemente sobrevivieron un año, hasta que fueron rescatados por la corbeta argentina Uruguay y trasladados sanos y salvos hasta el puerto de Buenos Aires. En realidad fue un acto de misericordia que muchos migrantes de nuestros días no reciben.
    En la base Esperanza hoy viven cerca de 60 personas, entre militares y civiles, que colaboran con las actividades científicas y el mantenimiento de las estructuras. Y mientras la base estadounidense McMurdo Station cierra las puertas de la “Chapel of the Snows” y el padre Dan Doyle vuelve a su casa, en la base argentina Esperanza se multiplican los servicios religiosos.
    “Efecto Francisco”, bromea el padre Leónidas Adrián Torres, que también cumplió las 10 horas de vuelo reglamentarias en el Hércules desde el continente, para venir a celebrar las Primeras Comuniones y un casamiento. Fue una ceremonia sobria: la misa, el diálogo con los niños que recibían el sacramento, la Eucaristía distribuida con el majestuoso telón de fondo de la bahía poblada de pingüinos, dueños de casa indiscutidos de estas tierras heladas que la Iglesia nunca ha abandonado.
    El primer sacerdote que llegó a una base antártica fue un jesuita, a bordo de un buque de carga, que desembarcó en el Observatorio Meteorológico de las islas Orcadas del Sur, de soberanía argentina. Como buen pionero de la fe en el continente de los hielos, plantó una cruz de madera de 8 metros de altura, construida en el colegio jesuita de Buenos Aires al que Bergoglio asistió en su juventud. Las crónicas antárticas adjudican a este heroico sacerdote la celebración de la primera misa, el 20 de febrero de 1946, a medianoche y en un altar portátil, con la tripulación del barco. Dejó en el lugar la imagen de la Virgen de Luján.
    Algunos años más tarde lo siguió un salesiano, Juan Monicelli, quien con una “austera ceremonia” inauguró la base General San Martín, a 187 kilómetros del círculo polar antártico. Después fue un jesuita italiano, Buonaventura de Filippis di Campobasso, hasta llegar al escalabriniano Tarcisio Rubín, declarado Siervo de Dios y postulado para la beatificación por los obispos de dos provincias argentinas, Jujuy y Mendoza.
    La historia de la presencia antártica argentina siempre estuvo acompañada por signos del catolicismo: capillas, cruces, Vírgenes de distintas advocaciones: de Salta, del Valle, de Loreto, del Milagro, diseminadas por todos aquellos lugares hasta donde ha llegado el hombre en la Antártida. Y también los nombres de los refugios, invariablemente religiosos: Santa Teresita, Cristo Redentor, San Roque, Virgen de las Nieves, San Antonio, San Carlos, Virgen de Loreto, Santa Bárbara.
    San Francisco de Asís, en la Base Esperanza donde nos encontramos, se llama la primera capilla de rito católico en estas latitudes. Hoy se encuentra completamente restaurada por un matrimonio, una pareja que pasó aquí un año de servicio y decidió formalizar su convivencia. Un matrimonio antártico que desmiente la fama de “continente de hombres solos”. Aquí se reza, se canta, se tira arroz, y el padre Leónidas Adrián Torres abrió una imaginaria puerta de la misericordia.
    “El Jubileo es en todo el mundo, no solo en Roma”, repite continuamente el Papa Francisco. A cien metros de distancia transmite Radio “Arcángel San Gabriel”, la primera y única radio del continente. En el día de su cumpleaños, recuerdan con emoción cuando fue elegido Papa su compatriota Jorge Mario Bergoglio. Aquel que los cardenales tuvieron que ir a buscar “al fin del mundo”, una expresión que se hizo famosa y aquí tiene una literalidad incomparable. Esa vez la radio interrumpió su programación habitual –santoral, gesta y biografías de los exploradores antárticos- y cuando se recuperaron de la impresión, empezaron a buscar material para difundir el evento.
    Felicidades Santo Padre.

    El Papa : Misericordia en las relaciones cotidianas


    Les pido perdón porque no hablaré de pie, tengo un poco de gripe y no me siento bien, lo haré sentado.
    Queridos hermanos y hermanas,
    La Navidad ya cercana nos ofrece la bella ocasión de reencontrarnos y darnos las felicitaciones.
    Antes que nada deseo agradecerles por su trabajo, por el compromiso que ponen para hacer las cosas bien, siempre, también cuando no hay ningún reconocimiento. Tantas veces uno hace algo bien y no es reconocido. Quisiera agradecer en modo particular a quienes entre ustedes desde hace muchos años hacen el mismo tipo de trabajo, un trabajo a menudo escondido, y buscan hacer las cosas como se debe. Sabemos que esto es normal, es simplemente hacer el propio deber; pero sabemos también que para nosotros seres humanos no es fácil, no somos máquinas –¡gracias a Dios!- y a veces necesitamos un incentivo, o cambiar un poco… Los felicito a ustedes que sienten un justo orgullo por hacer bien las cosas normales de cada día. ¡Gracias! Vamos hacia adelante, en los diversos ámbitos del trabajo, colaborando juntos, con paciencia, buscando ayudarnos uno al otro.
    Y mientras les agradezco, quiero también pedirles perdón por los escándalos que ha habido en el Vaticano. Pero quisiera que mi y su actitud, especialmente en estos días, sea sobre todo aquella de rezar, rezar por las personas involucradas en estos escándalos, para que quien se ha equivocado se arrepienta y pueda reencontrar el justo camino.
    Hay otra cosa que quiero decirles, quizá la más importante: les animo a cuidar su matrimonio y a sus hijos. Cuidar, no descuidar. Jugar con los niños, con los hijos. El matrimonio es como una planta. No es como un armario, que se mete allí, en la habitación, y basta espolvorearlo de vez en cuando. Una planta está viva, se cuida cada día: se ve cómo está, se le pone agua,  y así. El matrimonio es una realidad viva: la vida de pareja nunca debe darse por sentada en ninguna fase del camino de una familia. Recordemos que el don más valioso para los hijos no son las cosas, sino el amor de los padres. Y no me refiero sólo al amor de los padres hacia los hijos, sino al amor de los padres entre ellos, es decir, la relación conyugal. Esto hace tanto bien a ustedes y ¡también a sus hijos! ¡No descuidar a la familia!
    Por lo tanto, antes que nada cultivar la “planta” del matrimonio, que son ustedes esposos, y al mismo tiempo cuidar la relación con sus hijos, también aquí, centrándose más en la relación humana que sobre las cosas. Hablar con los hijos, escucharlos, preguntarles qué piensan, este diálogo entre los padres e hijos hace tanto bien, hace crecer en madurez a los hijos. Nos centramos en la misericordia, en las relaciones cotidianas, entre el marido y la mujer, entre los padres y los hijos, entre hermanos y hermanas; y cuidemos a los abuelos… Los abuelos son tan importantes en la familia. Los abuelos tienen la memoria, la sabiduría, no dejar a un lado a los abuelos, son muy importantes. Me decía una señora joven que tiene un hijo de 7 años y con ella vive la abuela de noventa años, que no está del todo bien, le han aconsejado internarla en una casa de descanso. Y esta mujer sabia ha respondido a quien le aconsejaba internar a la abuela en una casa de descanso: no, yo quiero que mi hijo crezca al lado de la abuela. Sabía, sabía el bien que hacen los abuelos a los nietos.
    Cuidar la paz en la familia, ¿que se discute en las familias? Lo sabemos todos, un matrimonio que no discute parece anormal, lo importante es no terminar la jornada sin hacer las paces. Hermanos que no discuten, siempre, hacer la paz. Y ustedes padres cuando sus hijos han discutido antes de ir a la cama decirles ustedes que hagan la paz, dense la mano, dense un beso.
    Aprendan esta sabiduría de hacer la paz ¿han hecho la guerra durante el día? ¿La guerra caliente? No dejen que esta guerra se haga fría porque la guerra fría del día siguiente es más peligrosa de la guerra caliente ¿Entienden? Hacer la paz en la noche siempre.
    El Jubileo va vivido también en la iglesia doméstica, ¡no sólo en los grandes eventos! Más bien, el Señor ama a quien practica la misericordia en las circunstancias ordinarias. Esto quiero desearles: experimental la alegría de la misericordia, comenzando por su familia. Gracias por su trabajo, perdón por los escándalos y vayan hacia adelante en esta comunidad y lleven mis saludos y mis felicitaciones a sus seres queridos, a los ancianos y a los enfermos. Continúen por favor a rezar por mí. Gracias de nuevo y ¡feliz navidad!

    domingo, 20 de diciembre de 2015

    Cuando recen, acuérdense de mí como yo me acuerdo de ustedes, invitación del Papa a los niños

    RV).- Luego de pedir nuestra oración también por los hermanos de la India que están sufriendo por diversos desastres naturales,  el Obispo de Roma saludó a los fieles y peregrinos congregados, y de manera especial a los muchos chicos y chicas presentes  este domingo en la Plaza de San Pedro que trajeron los niños de sus belenes para que el Papa los bendiga. “Queridos niños, cuando recen delante de sus pesebres, acuérdense también de mí, como yo me acuerdo de ustedes” fue la cálida invitación de Francisco a los pequeños.
    Saludo del Papa
     
    Mi pensamiento va en este momento a las queridas poblaciones de la India, golpeadas recientemente por un grave aluvión. Recemos por estos hermanos y hermanas, que sufren a causa de tal calamidad, y confiemos las almas de los difuntos a la misericordia de Dios. Recemos por todos estos hermanos de la India un Ave Maria a la Virgen: Ave Maria, …
    Saludo con afecto a todos ustedes, queridos peregrinos provenientes de varios países para participar en este encuentro de oración. Hoy el primer saludo está dedicado a los niños de Roma, venidos para la tradicional bendición de los “Niñitos”, organizada por el Centro de Oratorios Romanos. Estos niños si que saben hacer bulla, ¿eh? Queridos niños escuchen bien, cuando recen delante de sus pesebres, acuérdense también de mí, como yo me acuerdo de ustedes. Les  agradezco, y ¡feliz Navidad!
    Saludo a las familias de la comunidad “Hijos en el Cielo” y aquellas ligadas, en la esperanza y en el dolor, al Hospital Bambino Gesù. Queridos padres, les aseguro mi cercanía espiritual y los estimulo a continuar su camino de fe y de fraternidad.
    Saludo a la coral polifónica de Racconigi,  al grupo de oración “I ragazzi del Papa” – ¡gracias por su  apoyo! – y a los fieles de Parma.
    Auguro a todos un buen domingo y una Navidad de esperanza, y llena de estupor, del estupor que nos da Jesús, lleno de amor y de paz. No se olviden de rezar por mí. Buen almuerzo y ¡hasta la vista!

    Monjes de Santo Domingo de Silos

    sábado, 19 de diciembre de 2015

    El impresionante testimonio de fe de una miss

    Miss Suiza
    “La religión es un hilo que puede desenrollarse a través del tiempo para acercarnos a los diferentes contextos de pensamiento”. ¿Lo creerías si te dijéramos que esta frase la hapronunciado una miss? Pues es cierto; se trata de la nueva miss Suiza, elegida el pasado 7 de noviembre: Lauriane Sallin, de 22 años.
    Esta joven, estudiante de Historia del Arte y de lengua francesa en la Universidad de Friburgo, no es en absoluto una reina de la belleza habitual.
    Durante una entrevista al sitio web de información católica Cath.ch, la más hermosa de los helvecios se sinceró completamente hablando sobre su espiritualidad, su fe católica y su visión de Dios.
    Sus palabras desvelan un discurso profundo y lleno de sentido común. Después de haberse preguntado muchas veces sobre el sentido de la existencia, la joven ha tomado conciencia de que “la humanidad no cesa de enfrentarse a ciertas realidades”, en particular a la cuestión de la felicidad.
    Creo que la felicidad es posible, pero aún hace falta precisar en qué consiste”, remarca la joven. “Personalmente,yo me acerco más a la felicidad con ciertos principios básicos de la fe cristiana: el respeto y el amor al prójimo”.
    Ya está dicho: miss Suiza es tan bella como creyente en la fe católica. Aunque reconoce que “en [su] familia todo el mundo es creyente”, para ella la religión no es una cuestión de condicionamiento.
    Para mí, la fe no es en absoluto una exigencia de mis padres, sino algo personal. Es mi elección. Se ha desarrollado a través de mis lecturas, desde Aristóteles a Descartes, pasando por el Evangelio según Lucas. Yo quise entender este relato evangélico y, para ello, tuve que “currar” mucho estudiando su contexto. Se requiere esfuerzo, pero es la única manera de entender su significado”, sostiene Lauriane.
    “En cada persona hay una parte del Reino de Dios”
    Y así, poco a poco, empezó a darse cuenta de hasta qué punto la religión le ayuda a ganar perspectiva “en un mundo donde se vive siempre al instante”, subraya.
    Una toma de conciencia suscitada en especial a causa de la pérdida de su hermana: “Con la muerte de mi hermana, ya no podía permanecer centrada en el instante, en las experiencias vividas al segundo, porque lo que vivía a cada segundo era mi hermana muriéndose. Había que mirar más allá”.
    A este “más allá” accede a través de un amigo que, cierto día, pronunció estas palabras: “En cada persona hay una parte del Reino de Dios”, una frase que marcó profundamente a Lauriane.
    Poco a poco, Dios se convirtió en el que la ayudaba a avanzar: “Para mí, la posibilidad es Dios. Él es quien nos ayuda a superarnos”.
    La joven se muestra lúcida al hablar sobre la muerte: “Ya lo sabéis, la reglas del juego son claras: estamos vivos, así quetodos tendremos que morir. Pero ahí no está el drama, sino en la mentira que nos contamos a nosotros mismos, convenciéndonos de que es imposible que muramos con 24 años”.
    En relación al concurso de miss y sobre la belleza en general, la suiza nos da una respuesta muy perspicaz: “La belleza y la armonía de las formas desde siempre han atraído y tranquilizado al ojo. Como cuando me planteo la cuestión de la felicidad, busco comprender qué es la belleza. Para captar su significado, hay que ir más allá de la plasticidad. Para mí, la belleza es un camino hacia la armonía”, concluye, a lo que añade: “Intento ser un poco como una alegoría que lleve más lejos a las personas”.