viernes, 5 de junio de 2015

“La evangelización es el mayor desafío para la Iglesia”

(RV).- “El anuncio del Evangelio es la primera y constante preocupación de la Iglesia, su compromiso esencial, su mayor desafío y su fuente de renovación”, dijo el Papa Francisco a los participantes en la Asamblea General de las Obras Misionales Pontificias, a quienes recibió esta mañana en la Sala Clementina del Vaticano.
En su discurso, el Santo Padre señaló, que la evangelización es la primera y constante tarea de la Iglesia. “La humanidad tiene tanta necesidad del Evangelio, fuente de alegría, de esperanza y de paz. La misión evangelizadora es la prioridad, porque la actividad misionera representa todavía el mayor desafío para la Iglesia”.
Por este motivo, dijo el Obispo de Roma, los miembros de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos y los directores nacionales de las Obras Misionales Pontificias, tienen la tarea difícil y privilegiada de abrirse a los horizontes amplios y universales de la humanidad, de sus fronteras geográficas y, sobre todo, humanas, acompañando la vida de las Iglesias jóvenes en todo el mundo y animando al Pueblo de Dios para que viva plenamente la misión universal.
“Conocen las maravillas que el Espíritu Santo, mediante estas iglesias, a menudo pobres en recursos, obra en la humanidad, incluso a través de las dificultades y persecuciones que sufren por su fidelidad y su testimonio de la Palabra de Dios y la defensa del hombre. En esas periferias humanas la Iglesia está llamada a salir a las calles para ir al encuentro de tantos hermanos y hermanas nuestros que viven sin la fuerza, la luz y el consuelo de la amistad con Jesucristo, sin una comunidad de fe que los sostenga, sin un horizonte de sentido y de vida”.
En este sentido, el Pontífice subrayó que por el carisma que las caracteriza, las Obras Misionales Pontificias, son sensibles a las necesidades de los territorios de misión y, en particular, a los grupos humanos más pobres. “Son instrumentos de comunión entre las Iglesias y promueven el intercambio de personas y recursos económicos. Apoyan a los seminaristas, sacerdotes y religiosos de las Iglesias jóvenes en tierras de misión en los Colegios Pontificios. Frente a esa tarea hermosa e importante, la fe y el amor de Cristo nos empujan a todos los lugares para anunciar el Evangelio del amor, de la fraternidad y de la justicia. Y esto se consigue con la oración, con la valentía evangélica y el testimonio de las bienaventuranzas”.
Asimismo, advirtió el Sucesor de Pedro, por favor tengan cuidado de no caer en la tentación de convertirse en una ONG, en una oficina de distribución de subsidios ordinarios y extraordinarios. El dinero ayuda, dijo el Papa, pero también puede convertirse en la ruina de la misión. “El funcionalismo, cuando está la centro u ocupa un lugar importante, los llevará a la ruina; porque la primera causa de muerte es la de dar por presupuestas las "fuentes", es decir, lo que origina la Misión. Por favor, entre tantos planes y programas, no dejen a Jesucristo fuera de la Obra Misional, que es obra suya. Una Iglesia que se reduce a la eficiencia a toda costa de los aparatos del partido está ya muerta, aunque las estructuras y los programas para el clero y el laicado por cuenta propia duren siglos”.
No puede haber una verdadera evangelización, finalizó el Papa Francisco, sin la energía santificadora del Espíritu Santo, el único capaz de renovar, sacudir, dar impulso a la Iglesia en una salida audaz fuera de sí para evangelizar a todos los pueblos.

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