martes, 6 de octubre de 2015

Santo Padre, enséñanos a rezar - Un minuto con Francisco


El corazón humano busca siempre la
 oración, incluso sin saberlo; y si no la encuentra, no tiene paz. Pero para que se encuentren Dios y el hombre, es necesario cultivar en el corazón un amor cálido por Él, un amor afectivo. Sobre estas cosas tan bonitas y ciertas nos habla el Papa Francisco hoy, en este nuevo capitulo de nuestra serie animada.

Muchas veces nos cuesta rezar, escuchar a Dios y tener una verdadera relación de amistad con Él. Es por eso que hemos buscado algunos consejos del Papa que nos ayudarán a perseverar en nuestra vida de oración: “Solo cuando Dios es el afecto de todos nuestros afectos, el significado de estas palabras se hace pleno. Entonces nos sentimos felices, y también un poco confundidos, porque Él piensa en nosotros. Pero sobre todo ¡nos ama! ¿No es impresionante esto? ¿No es impresionante que Dios nos acaricie con amor de padre? Es muy bello, muy bello”. 
¡Esperamos que este capitulo los ayude mucho en su vida espiritual!  Nos encantaría que compartan este video y nos dejen sus comentarios para ver en qué cosas podemos mejorar y qué les ha ayudado especialmente, y si consideras que esta serie le está haciendo un bien a la Iglesia por qué no nos das una mano realizando un donativo voluntario. Haz click aquí para recibir mayor información 😉 ¡Ayúdanos en este lindo proyecto! Si no puedes hacerlo materialmente, una oración nos vendría muy bien. ¡Un abrazo para todos!
“Podemos hacernos una pregunta muy sencilla. Está bien creer en Dios con todo el corazón, está bien esperar que nos ayude en las dificultades, está bien sentir el deber de agradecerle. Todo bien. Pero ¿Queremos también un poco al Señor? ¿El pensamiento de Dios nos conmueve, nos asombra, nos enternece? Pensamos en la formulación del gran mandamiento, que sostiene todos los otros: ‘Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas’ (Dt 6,5; cfr Mt 22, 37). La fórmula usa el lenguaje intenso del amor, derramándolo en Dios. (…) ¿Logramos pensar en Dios como la caricia que nos tiene en vida, antes de la cual no hay nada? ¿Una caricia de la cual nada, ni siguiera la muerte, nos puede despegar? ¿O lo pensamos solamente como el gran Ser, el Todopoderoso que ha hecho cada cosa, el Juez que controla cada acción?”.

No hay comentarios: