miércoles, 2 de diciembre de 2015

Adviento y Jubileo de la Misericordia: ¡seamos signo del amor del Padre en el mundo!, pide el Papa

(RV).- En su audiencia general, al comenzar el tiempo de Adviento, el Papa Francisco hizo hincapié en que «es un tiempo de esperanza, que el Señor nos propone vivir para disponeros mejor a acogerlo en nuestra vida y en nuestro mundo».
Invocando la alegría y la paz del Señor, sobre los peregrinos de tantas partes del mundo y sobre sus familias, el Obispo de Roma señaló que su viaje aÁfrica, en vísperas del Año Santo extraordinario de la Misericordia es unainvitación, para todos nosotros a renovar nuestro compromiso misionerode seguir a Jesucristo, nuestra esperanza y nuestra paz, el Rostro de Dios misericordioso. Y deseó a todos ¡buena estancia en Roma y buen tiempo de Adviento!:
«El pasado Domingo, hemos comenzado el Tiempo de Adviento. Exhorto a todos a vivir este tiempo de preparación al nacimiento de Jesús, Rostro del Padre misericordioso, en el contexto extraordinario del Jubileo, con espíritu decaridad, mayor atención a los necesitados, y con momentos de oraciónpersonal y comunitaria».
Con su cordial bienvenida a los peregrinos de lengua árabe, en particular a los provenientes de Oriente Medio, el Santo Padre reiteró su exhortación a testimoniar en el mundo el amor de Dios:
«Queridos hermanos y hermanas, el Jubileo de la Misericordia es un nuevo compromiso para nosotros los cristianos, para testimoniar con más entusiasmo y convicción nuestra fe y para ser en el mundo el signo vivo del amor del Padre ¡Que el Señor los bendiga!»
La gratitud del Papa por haberlo acompañado con la oración en su viaje a África, en sus saludos a los peregrinos polacos:
«Les agradezco por sus oraciones que me han sostenido durante mi viaje apostólico a África. Hemos comenzado el tiempo de Adviento. En el contexto del Jubileo extraordinario de la Misericordia, que estamos por comenzar, sea para nosotros tiempo de oración, de particular vigilancia y de apertura de los corazones a Jesús Misericordioso. Mientras nos preparamos espiritualmente a la Navidad, los bendigo de corazón».
En el saludo del Papa a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados, su renovado aliento y cercanía:
«El Dios de la paz los estimule, queridos jóvenes, a ser promotores de diálogo y comprensión; que los ayude a ustedes, queridos enfermos, a mirar a la cruz de Cristo, para aprender a afrontar con serenidad el sufrimiento; y que favorezca, en ustedes, queridos recién casados, el crecimiento de la paz y del amor en su nueva familia».

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